Jos Brecht, de 55 años, encontró en la Encantada, una masía del siglo XIV ubicada en un bosque cercano a Castellterçol (Barcelona), el lugar ideal para esconderse. Llegó a finales de mayo con su mochila a la espalda y se presentó como un experto en plantas silvestres con propiedades medicinales. Dijo que era alguien que «viajaba por el mundo». No dijo que era el asesino del niño Nicky Verstappen, cuyo crimen sin resolver sacudió Holanda en 1998.

El fugitivo escogió ese lugar seducido por un anuncio colgado en internet que solicitaba la colaboración de voluntarios para «un proyecto familiar» de fabricación y venta de ungüentos y cremas de cosmética elaboradas con productos naturales. El mensaje detallaba que el emplazamiento estaba en una casa rural rodeada de bosque, sin núcleos urbanos ni líneas eléctricas a la vista y sin contaminación. Justo la discreción que necesitaba Jos, el hombre más buscado de Holanda.

«Estuvo unos días de prueba, pero los superó sin problemas», explicaba ayer Lucas, el encargado de la Encantada, quien le tocó lidiar con numerosos equipos de la televisión holandesa. Él fue quien avisó a la policía.

Hace un par de semanas, se acercó hasta allí un antiguo voluntario neerlandés a saludar al gerente del complejo. Este huésped ocasional fue el que se conectó para leer la prensa y vio que el amable Jos era en realidad el fugitivo más buscado de su país.