Giro inesperado en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Castellón contra tres acusados del crimen de Peñíscola, en el que en el año 2009 un joven magrebí fue secuestrado a las puertas de su casa y quemado en una zona rural. Dos valencianos que fueron ya condenados en el 2012 por su participación en esta muerte asumieron ayer, durante su declaración como testigos, la total autoría del asesinato.

Exculparon, así, a los tres ciudadanos marroquís que se sientan estos días en el banquillo y a los que acusaron abiertamente hace ahora seis años. «En su día nos aconsejaron que acusáramos a estos tres magrebís para intentar salvarnos y lo hicimos porque, como acusados, podíamos mentir», aseguraron los ya sentenciados --que son hermanos-- en una videoconferencia desde la cárcel donde están ingresados.

«Ahora, somos testigos en este juicio y estamos obligados a decir la verdad. Y la verdad es que lo matamos nosotros, por accidente, y que no conocemos de nada a esa gente que está acusada», señalaron los dos presos, quienes dijeron no tener ya «nada que perder», pues fueron condenados a 18 años y medio de prisión.

Los dos reos confirmaron la versión de la familia de la víctima, que ya apuntaba el lunes a un asunto de drogas como causa de la muerte de la víctima, que solo tenía 22 años y una bebé de cinco meses. «Nosotros fuimos a casa del fallecido, lo cogimos y lo metimos en el coche. Solo queríamos que nos dijera dónde estaba el hachís que tenía, pero le dimos un mal golpe y lo matamos», admitió uno de los condenados en el 2012 y que entonces negó tajantemente el asesinato.

Los dos hermanos pidieron desde la cárcel «perdón» a la familia por la muerte del joven. «No queríamos matarlo. Fue una desgracia, pero estoy justamente condenado porque yo lo maté», incidió uno de los asesinos sentenciados. «Ese cargamento de droga nunca apareció y él murió sin que lo supiéramos», relató al juez.

TENSO INTERROGATORIO / En la sala se vivieron momentos muy tensos durante el interrogatorio de la fiscal a uno de los presos. El reo, alzando la voz y alterado, dijo no comprender la insistencia de la fiscal «diez años después» de unos hechos que, según él, «están ya muy claros». El juez llamó la atención del testigo y le advirtió de que no faltara al respeto.

El juicio, que se celebra con jurado popular, acoge hoy las declaraciones de los distintos peritos de la investigación.