Los jubilados que acuden a diario a jugar la partida de cartas y ver la televisión a la hora del café al casino de Burriana se llevaron ayer un tremendo susto.

La parte de la talla de la zona más próxima a la calle Barranquet se vino abajo y propinó un buen sobresalto a la quincena de personas que había en ese instante en la zona afectada.

Dos de ellas resultaron heridas leves y, aunque rápidamente se desplegó un dispositivo de policías, guardia civil, sanitarios y bomberos, finalmente, no tuvieron que actuar y las personas a las que les cayó parte del falso techo en la cabeza salieron por su propio pie. Todo quedó en un desagradable incidente, un incidente en el casino que corrió como la pólvora por toda la localidad.

“ME LIBRÉ POR UN MINUTO” // Francisco Ibáñez fue uno de los testigos privilegiados y se salvó por los pelos. “Yo me libré por un minuto. Estaba mirando la tele y leyendo el periódico y le he dicho a mi compañero, ‘vamos a tomar café’; nos hemos acercado a la barra y aún no hacía ni un minuto que estábamos allí, he oído un ruido raro y se lo he dicho al conserje”, explicó a Mediterráneo.

Ibáñez añadió que, cuando el conserje “aún no había llegado a la zona, ha caído la talla”. Algunos de los que jugaban a cartas tuvieron tiempo de huir, pero otros no. No obstante, explicó: “No ha hecho mucho daño, porque apenas tenían alguna herida superficial, pero nada más”.

Según Francisco Ibáñez, a quien amigos y conocidos no paraban de preguntar, “había dos mesas con gente jugando a cartas y unos cuantos más que estaban mirando la tele”. En total, una veintena de personas, todos ellos clientes habituales del casino, especialmente por las tardes, cuando está el local de lo más concurrido.

Las puertas del bar cerradas y unos manteles en la cristalera llamaron la atención de los vecinos, que no pararon de asomarse para ver qué había ocurrido. Y, mientras, en el otro acceso al casino, los usuarios lo que se encontraron era la puerta cerrada y no sabían el motivo por el que no podían acudir a sus actividades habituales. El edificio también es sede social de diversas asociaciones y acoge actividades culturales. El desprendimiento del falso techo de escayola afectó a una veintena de metros cuadrados de la zona de bar. H