El líder del grupo de narcotraficantes que, supuestamente, introducía cocaína en España mediante correos humanos o mulas, está identificado como Toni ‘El Sonrisas’, también conocido en el ámbito del hampa como ‘El Gallo’. Según pudo saber este periódico de fuentes de la investigación, este individuo llevaba más de 20 años dedicándose al tráfico de droga. Una actividad delictiva que camuflaba haciendo ver a ojos de todos que se dedicaba a la recolección de cítricos.

El pasado viernes salió a la luz la operación, denominada, precisamente ‘Sonrisas’, protagonizada por la Policía Nacional de Vila-real en la que se detuvo a once personas residentes en este municipio, acusadas de un delito de tráfico de estupefacientes. Unas detenciones que se suman a 21 arrestos realizados en junio. Una operación que llevó hasta los últimos nueve hombres y dos mujeres detenidos por la Policía Nacional en Vila-real.

Lugartenientes // ‘El Sonrisas’, de 48 años, bien conocido en el mundo policial por sus numerosos antecedentes, residía “en un maset y en una autocaravana” junto a dos ciudadanos de nacionalidad rumana y “varias chicas”, según las fuentes citadas. Los dos hombres rumanos eran “pieza clave” en la organización delictiva, pues, al parecer eran los encargados de controlar tanto el “corte” (mezcla de la cocaína con otras sustancias para rebajar su pureza), como la venta posterior de la mercancía. La droga que llegaba desde Colombia era distribuida en casas y masets de Vila-real y de municipios cercanos.

Este periódico pudo saber que uno de estos “lugartenientes” ya había sido expulsado por la Policía de España anteriormente.

La banda obligaba a los correos humanos a tragar cocaína de gran pureza en varias bolas para hacerla llegar a España. Uno de estos correos apareció muerto en un huerto del camino Cabeçol de Castellón en marzo. Fuentes de la investigación señalaron que su vestimenta arreglada levantó las sospechas y fue cuando se le detectaron 20 bolas con 200 gramos de cocaína en su intestino. Presumiblemente, la organización delictiva habría abandonado el cuerpo de este mulero en el campo, para evitar que se le relacionase con la banda.

Teléfono intervenido // El capo gestionaba directamente con los proveedores en Colombia para que enviasen la droga a través de mulas. Precisamente, la investigación consiguió intervenir el teléfono de ‘El Sonrisas’ y detectó una conversación directa entre él y la persona que le enviaba las mulas desde Colombia. Una llamada que precipitó las detenciones conocidas el viernes.

Los individuos que transportaban la cocaína desde Sudamérica hasta Vila-real eran, en general, personas con necesidades económicas que accedían a ingerir y transportar la droga en sus intestinos (entre 100 y 250 gramos) a cambio de un pago pactado. H