Emparedada. Así es como la Policía Judicial de la Guardia Civil de Castellón ha encontrado el cuerpo sin vida de la vinarocense Esther Ortí, de 47 años, en una casa de campo, ubicada en Amposta, propiedad de los padres de su marido, quien permanece desde el sábado detenido como presunto autor del crimen y en los calabozos del cuartel de Vinaròs.

José Juan García, más conocido por todos como Pepe, se derrumbó el domingo, según ha podido saber Mediterráneo, después de ser sometido a constantes interrogatorios por parte de la Benemérita. Los agentes sospecharon de él desde el primer momento e incluso llegaron a advertir el viernes a los familiares más cercanos de la víctima, cuando Esther había desaparecido, “que no demostrasen nada delante de él, que actuasen con normalidad”.

Finalmente, el sábado fue arrestado y el domingo él mismo llevó a la Guardia Civil hasta una finca situada en Amposta. En el interior de la casa, una planta baja, en una habitación indicó a los agentes que allí había ocultado el cadáver de su esposa, Esther.

El presunto asesino confesó, como pudo saber este periódico, “que había matado a su mujer de un golpe en la cabeza en el almacén de Vinaròs”. El cuerpo también fue acuchillado. Y el móvil, al parecer, fueron “los celos”. Después, explicó a la Guardia Civil, “trasladó el cuerpo sin vida en su vehículo hasta la casa de campo de Amposta, próxima a la playa Eucaliptus”. Una vivienda a la que nunca solían acudir y que estaba “bastante abandonada”.

Allí, en una habitación, sin esposar y acompañado por varios efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Castellón indicó el lugar exacto donde había escondido el cuerpo sin vida de Esther “tirado de cualquier manera entre dos paredes de ladrillo, la exterior estaba recién pintada”.

Tal y como explicaron las mismas fuentes conocedoras del caso, José Juan, con conocimientos de albañilería, “levantó una pared dejando el cuerpo de Esther en un hueco de entre 30 y 40 centímetros, tumbado en el suelo. Después, lució la pared con cemento e incluso la pintó para ocultar el cadáver de su mujer”.

SUDARIO // La Guardia Civil derrumbó parte de esta pared y varios agentes del servicio de Criminalística extrajeron el cuerpo, que presentaba un aspecto “violáceo”. Seguidamente, lo enfundaron en un sudario y fue derivado al Instituto de Medicina Legal de Tortosa (Tarragona) para la práctica de la autopsia, cuyos resultados no han trascendido, ya que las actuaciones se encuentran bajo secreto sumarial por orden del juez del juzgado de guardia de Vinaròs.

Ayer la Policía Judicial de la Guardia Civil llevó al detenido a su vivienda hacia las 13.15 horas para inspeccionar la casa. La calle San Francisco se cortó al tráfico hasta que el detenido entró en su domicilio conyugal, custodiado. Permanecieron allí dos horas. El presunto asesino entró tapándose el rostro con una chaqueta verde y luego salió con una camiseta naranja. Un grupo de mujeres le increpó al grito de “asesino”.

El almacén de la calle Prolongación Trabal, a 50 metros el domicilio conyugal, permanecía ayer precintado, pero la Guardia Civil llevó allí al detenido por la tarde para una reconstrucción de los hechos.

El marido de Esther era empleado de mantenimiento de una empresa de servicios y se hacía cargo de los teclados en una orquesta. Llevaban 14 años casados. Él se había separado de su primera esposa, vecina de Alcanar, y tenía dos hijos de su anterior relación.

La delegada del Gobierno, Ana Botella, y el alcalde de Vinaròs, Juan Bautista Juan, decretaron varios minutos de silencio ayer en repulsa por la violencia machista. H