Engañaba a la máquina tragaperras y le obligaba a darle premios que no le correspondían. Con un modus operandi sencillo, como es pintar de negro las monedas, desplumaba la caja de estos populares juegos recreativos.

Eso hasta la mañana del lunes, en la que este ciudadano, C.Q., de 42 años, nacionalidad china y con domicilio en Castellón, fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Castellón como presunto autor de un delito de estafa. En el momento del arresto, el individuo estaba en un local de juego inmerso en el juego.

El engaño consistía, según fuentes policiales, en recubrir las monedas con una sustancia o pintura de color negro e irlas introduciendo en la máquina tragaperras, aportando tanta cantidad como esta pudiera admitir.

Una vez las monedas manipuladas entraban en el cajón de la recaudación de la parte de arriba, el detenido pulsaba un botón para que la máquina, sin jugar partida alguna, le devolviera la cantidad que había aportado. De este modo, el mecanismo de la caja de la recaudación le devolvía monedas sin tintar, procedentes de su propio fondo.

Esta operación la repetía varias veces, hasta que comenzaban a caer monedas de color negro. Era entonces cuando, en realidad, comenzaba a jugar y se ponía en marcha la estafa; es decir, cuando en el cajón o hopper solamente quedaban los euros tintados aportados previamente por el ahora detenido.

Un sencillo engaño

La estafa consiste en que la máquina detecta las monedas que se introducen en la misma por un sensor de aleación, pero cuando da el dinero correspondiente a un premio, la detección se realiza por un sensor de luz. Esto provoca que los euros tintados son detectados al entrar, pero no al salir. Por ello, cuando la tragaperras daba una cantidad de dinero, las monedas negras comenzaban a salir, pero al no ser contabilizadas por la maquina, esta continuaba soltándolas hasta que se quedaba vacía. Por ello, los premios que generaba, y que se muestran en el lector del frontal, continuaban inalterables. De este modo, el ahora detenido solicitaba al propietario del local que le abonara el dinero que le restaba por cobrar, ya que, en teoría, el juego no le había aportado nada.

En el momento de su detención, al hombre se le incautaron 220 monedas de un euro pintadas de negro, además de otras 415 en su estado natural y 685 euros en billetes de 20, 10 y 5. El individuo fue puesto a disposición judicial, junto con sus euros manipulados, en la mañana de ayer.