La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a una empleada de banca a una pena de prisión de un año y medio y una multa de 900 euros por apropiarse de las cuentas de la empresa de su padre y otros familiares, en las que había depositados 390.000 euros.

Según la sentencia hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), se considera probado que la procesada era analista financiero en una caja ahorros y tenía a su cargo supervisar la cuenta de una empresa propiedad de su padre, primos y tíos.

Sin que la procesada tuviera ningún cargo en la empresa familiar, valiéndose de su condición como empleada en la entidad, fingió las autorizaciones de estos y realizó diferentes operaciones bancarias apropiándose de 390.521 euros. Además de lo anterior, efectuó una transferencia de 100.000 euros y otra cercana a los 8.000 euros entre las cuentas de la empresa.

La mujer procesada se comprometió a devolver las cantidades de las que se apropió y de cuyos movimientos no pudo aportar documentación que las justificara. Después de que las partes alcanzaron un acuerdo, se dictó una sentencia de conformidad. H