«Esperamos que se haga justicia y que nunca salga de la cárcel, por mi hermana y por todas las mujeres que han pasado por esto». Desgarrador testimonio de Eva Szabó, hermana de la fallecida, quien la recuerda a diario y espera «no volver a ver» a Óscar Lozano, quien fue su cuñado y asesino confeso de Krisztina.

«Era muy celoso y controlador. Vigilaba los móviles, sus amistades, su forma de vestir y le preguntaba dónde iba», relata la familiar, recordando que una vez él llegó a tirar a Krisztina una falda que había comprado para evitar que se la pusiera.

«Le daba oportunidades porque era muy difícil para ella separarse teniendo dos niños. Estaba muy enamorada y le perdonaba siempre», lamenta Eva Szabó en una entrevista concedida a Mediterráneo en su domicilio.

«Nunca me contó ninguna agresión, pero después sus amigas nos han confesado que algo hubo; una vez creo», explica, muy afectada. «Sabíamos que era un chico raro, algo que no te puedes explicar, una persona que era extraña, pero no esperábamos algo así», lamenta.

La relación entre asesino y víctima empezó a empeorar, sostienen los más allegados, en los dos últimos años y ella decidió separarse. «Estaba preguntando a abogados cómo podía irse de casa, pero le dijeron que si se llevaba a los niños podía considerarse como un secuestro», relata su hermana, vecina de Benicàssim.

«Pensamos que él lo tenía todo premeditado, lo tenía planeado porque, si no es así, ¿para qué tienes un cuchillo en el dormitorio?», se pregunta la familia.

«Él sabía lo que quería hacer y esperamos que no salga en diez o quince años por buen comportamiento», asevera Eva Szabó, responsable de los dos niños.

«Ellos estuvieron en el hospital y se recuperaron. Ahora llevan un seguimiento psicológico y están muy bien conmigo. Quieren borrar todo esto», incide la hermana de la víctima mortal de Óscar Lozano, a quien le desea que no salga de prisión «nunca».

«Espero que se quede dentro toda la vida, no por mí, sino por mis niños», pide en declaraciones a este diario, recordando a su hermana --de 43 años-- como una mujer deportista, trabajadora y, además, buena madre.

«Llevaban 14 años juntos, tuvieron a los niños pronto y ella estaba enamoradísima. Ojalá hubiera tenido la mitad de carácter que tengo yo. Ella tenía un carácter muy dulce y no podemos dejarnos pisar», lamenta.