El hostelero chino que en el mes de julio del año pasado degolló a un cliente de su bar en la terraza y a plena luz del día, sin discusión previa, se librará de la cárcel por su estado mental, según ha podido saber este periódico. La Fiscalía Provincial --al igual que la acusación particular del caso-- pide para él 22 años de internamiento psiquiátrico por haber golpeado, apuñalado y cortado el cuello a un hombre, de 60 años, que tomaba café en su establecimiento un sábado por la mañana.

Las circunstancias psicológicas del autor del crimen salieron a debate desde el primer momento y es que, como apuntaron la Guardia Civil y los familiares del fallecido, entre ellos no había relación alguna ni desavenencias.

«Mi marido no se metía con nadie, era una persona maravillosa. No lo entendemos. ¿Por qué?», se preguntaba la viuda horas después del terrible asesinato. «Era un hombre serio y muy trabajador, ingeniero electrónico y con una empresa que trabaja para todas las centrales nucleares de España. Estamos destrozados y logramos entenderlo», comentaba.

Su estado mental, según los informes forenses, le vale al degollador chino una eximente completa de alteración psíquica, esto es, se le considera inimputable debido a sus trastornos.

LOS HECHOS / Apenas faltaban dos minutos para que arrancara el segundo encierro de San Fermín el día 8 de julio del 2017 cuando sucedía la tragedia. Un benicense, de 60 años, perdía la vida tras ser degollado mientras desayunaba y leía el periódico sentado en la terraza de La Alegría, un frecuentado bar de la localidad. La víctima fue agredida con dos armas --primero con una barra de hierro en la cabeza y después con un cuchillo--, según indicaron fuentes cercanas al caso.

Lamentablemente, cuando llegaron los servicios sanitarios únicamente pudieron confirmar la muerte. La gravedad de las heridas imposibilitó cualquier actuación médica. Después, con la presencia del juez y forense de guardia de Castellón, se procedió al levantamiento del cadáver.

El autor del crimen, de nacionalidad china y que responde a las iniciales A. Z. fue detenido por «evidentes indicios de su participación en los hechos», según dijo la Guardia Civil. Tenía restos de sangre y estaba dentro del local cuando llegaron los agentes.

Una mujer que estaba limpiando una escalera de un portal fue la que hizo saltar la alarma, al ir a tirar el agua a la calle y ver cómo a la víctima le salía la sangre del cuello. La noticia causó revuelo durante días entre los vecinos de la localidad.