La Policía Nacional ha detenido en Castellón a un fugitivo de la justicia, sobre el que pesaba una orden europea de detención y entrega, dictada por las autoridades rumanas.

El susodicho, acusado de varias estafas en su país de origen, debe enfrentarse a una pena de tres años y cuatro meses de prisión por engañar a empresas, a las que llegó a deber más de 120.000 euros.

Los investigadores tuvieron conocimiento de que el prófugo podría estar residiendo en la capital de la Plana, por lo que se estableció un dispositivo para localizarle, que ha culminado con el arresto. Al susodicho, administrador de una sociedad en Rumanía, se le atribuye la participación en actividades delictivas millonarias.

El detenido emitía cheques a sabiendas de que carecían de fondos, una práctica con la que resultaron afectadas ocho empresas. El reclamado no cuenta con antecedentes en España.