La Guardia Civil intensifica los controles en el campo y vigila, especialmente, las chatarrerías, después de que la Unió denunciara una nueva oleada de robos en contadores de riego de la provincia. Vila-real, Torreblanca y Alcalà de Xivert son algunas de las localidades afectadas, tal y como ya publicó Mediterráneo, y, ante el incremento de los casos, los agricultores y efectivos de la Benemérita han mantenido durante esta semana una reunión al respecto.

Tal y como confirman a este diario el presidente de la comunidad de regantes Palaba-Estopet de Alcalà, Juan Cortés, los efectivos del instituto armado les han trasladado sus sospechas de que un mismo grupo delincuencial pueda estar operando en la Plana Alta y el Maestrat, llevando las piezas a chatarrerías. Por ello, van a vigilar los movimientos en este tipo de instalaciones y a incrementar, además, los controles nocturnos en el campo.

El equipo Roca de la Guardia Civil, especializado en este tipo de delitos, se ha hecho cargo de la investigación tras denunciar los afectados un centenar de casos en diversas zonas de la geografía provincial. Los robos de contadores de riego eran hasta ahora una práctica casi desconocida en el Maestrat, aunque labradores de la Plana Baixa llevan años denunciando las pérdidas millonarias que les generan.

En Vila-real sustrajeron a finales del mes de abril 78 contadores en la partida del Pla Redó.

MÁS DESTROZO QUE BOTÍN / Los ladrones buscan el cobre de las instalaciones hídricas y las destrozan para llevárselo, causando graves daños en las instalaciones. «Es mucho peor el destrozo que hacen que el valor de lo que se llevan», asegura Cortés, quien destaca que el valor del material sustraído en Alcalà ascendía a cerca de 2.000 euros, pero los daños se situaban en otros 3.000.

Precisamente, tanto los agricultores como la Benemérita creen que se trata de bandas organizadas y que estas, «ante el incremento de la presión policial en la zona más poblada de la provincia, se han desplazado hasta nuevos municipios», detallan.

Las víctimas reivindican «mano dura» para los ladrones e inciden en que la legislación es «demasiado laxa» y que «los robos en el campo no están suficientemente castigados». Lamentan la llegada de estos grupos organizados a sus comarcas, puesto que se produce «en un momento en el que los ingresos agrícolas son bajos».

Por lo que respecta a las fincas afectadas por los recientes saqueos, se trata tanto de zonas de naranjos, como de alcachofa, tomates o almendros.