La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a Jaime Giménez Arbe, alias El Solitario, a 19 años de prisión por el atraco que cometió en la Caja Rural San Isidro de la Vall d'Uixó, en mayo del año 2000, en el que disparó a dos policías locales, hirió a un tercero y un cuarto agente resultó muerto durante el tiroteo por el disparo accidental de un compañero.

El procesado, que acumula ya una pena total de 90 años de cárcel por el asesinato de dos guardias civiles en Navarra, seis robos con violencia e intimidación y un delito de falsificación de documento público, deberá pagar 407.700 euros a los tres policías locales heridos por las lesiones ocasionadas y las secuelas.

Los magistrados de la Sección Primera Carlos Domínguez, Esteban Solaz y Aurora de Diego han sentenciado a El Solitario por un delito consumado de robo con intimidación, un delito de atentado en concurso ideal con una tentativa de homicidio y otros dos delitos de atentado, también en concurso con sendos delitos de lesiones. Y es que, aunque la Fiscalía pedía que Giménez fuera condenado por tres tentativas de homicidio a los agentes municipales, el tribunal solo ha considerado que intentó acabar con la vida de uno de ellos.

Dos de los policías que intervinieron en el atraco resultaron heridos por arma de fuego, al dispararles el atracador en el muslo y en la rodilla, causándoles importantes secuelas (uno de ellos no pudo volver a ejercer como agente). Sin embargo, según explican los jueces en la sentencia, El Solitario efectuó "un solo disparo a cada uno de ellos en una zona en la que no se alojan órganos vitales", incidiendo en que el acusado tuvo la posibilidad de abatir a los policías con un solo disparo "e, incluso, de completar la acción mortal, disparando después, y no lo hizo".

Sí considera el tribunal que Giménez intentó matar a un tercer efectivo, que conducía un todoterreno, al dispararle en la zona izquierda del cristal delantero, rozándole la cabeza el tiro, tal y como la propia víctima declaró durante la celebración del juicio.

En su condena se han aplicado la circunstancia agravante de disfraz, ya que el atracador se colocó un bigote y una barba postiza y entró en la sucursal como un cliente más. Asimismo, los magistrados han apreciado también la atenuante de dilaciones indebidas, pues la causa estuvo totalmente paralizada durante 16 meses, entre el 2010 y el 2011.

Giménez fue detenido en el 2007 en Portugal, tras años en búsqueda y captura. No fue hasta que se produjo su arresto y el registro de su casa, cuando se le identificó como el atracador de la Vall, una causa sobreseída provisionalmente durante siete años por falta de autor conocido.