Un total de 91 cajetillas, es decir, 1.800 cigarrillos, así como 10,2 kilogramos de picadura de tabaco, todo ello de contrabando, han sido incautados en un comercio de Vinaròs por parte de efectivos de la Patrulla Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil de la misma localidad, informaron ayer desde la comandancia de Castellón.

Las mismas fuentes apuntaron que la operación se materializó el pasado 17 de diciembre y tuvo su origen en la inspección de un almacén de un local público, en el que se encontraron las mencionadas cantidades de tabaco en sus distintas formas, así como una báscula de precisión que, presuntamente, era utilizada para pesar las cantidades de picadura que, al parecer, se vendía a granel, y que se guardaba en tres grandes sacos de papel. Ninguno de los productos decomisados contaba con el precinto pertinente para probar su origen nacional, por lo que la procedencia es extranjera y eludía los impuestos que pesan sobre las labores de tabaco.

Estas son las razones, por las que se procedió a levantar un acta-denuncia contra una mujer de nacionalidad eslovaca como presunta autora de una infracción en relación a la ley de contrabando, manifestó la comandancia de Castellón. El tabaco aprehendido ha sido remitido a la sede provincial de Aduanas e Impuestos Especiales. H