Susto máximo en un edificio situado en la esquina de la plaza María Agustina con la avenida Capuchinos a primeras horas de la noche del martes, al incendiarse la sala de contadores del inmueble. Siete vecinos, dos de ellos menores, resultaron intoxicados por el humo inhalado y tuvieron que ser atendidos en la propia ambulancia que se trasladó rápidamente al lugar del incendio.

Sobre las 22.15 horas, el parque municipal de Bomberos recibió un aviso de que en el lugar donde están los contadores de luz y agua, situado en los sótanos de la finca, salía una densa humareda y llegaba hasta las plantas superiores, además de provocar un olor a chamuscado insoportable. Los vecinos, alarmados, salían de sus casas para ver qué es lo que estaba pasando. Se encontraron con un humo infernal que estaba inundando cada uno de los pisos del céntrico edificio.

A la llegada de los bomberos, estos procedieron a extinguir el conato de llamas que estaba asolando a los contenedores. Mientras, algunos de los vecinos que se encontraban en la entrada de la finca comenzaron a sentirse mal con síntomas de intoxicación al tragar humo, en concreto siete de ellos, dos menores, uno, estudiante de tercero de Primaria otro de 4ª de ESO y de nacionalidad rumana, por lo que fueron llevados a la ambulancia de soporte vital que había acudido ante la posibilidad de algún riesgo para las personas.

A estos vecinos se les puso una mascarilla durante un breve espacio de tiempo para que pudieran respirar. Tras recuperar su estado vital normal, regresaron a sus domicilios respectivos, según informaciones de la Policía Local que calificó de «leve incidente» que había ocurrido con los contadores de la finca.

CON LAS TERRAZAS LLENAS

La presencia de los bomberos y de la Policía Local, así como de la ambulancia, provocó máxima expectación y curiosidad entre el vecindario de la avenida Capuchinos y alrededores.

A la hora que se produjo el incendio, las terrazas que rodean el edificio estaban llenas y fueron muchos peatones los que se acercaron para saber qué es lo que había pasado. Se vivieron algunos momentos de tensión y de nerviosismo entre los vecinos de la finca, aunque la rápida intervención de los bomberos y la presencia de los agentes de la Policía Local de Castellón tranquilizó a las personas que se encontrababan en el lugar, convirtiendo el suceso solamente en un susto sin mayores consecuencias.

Después de sofocar el conato de llamas y dispersar el humo, los bomberos finalizaron su servicio pasadas ya las 00.00 horas y volviendo el edificio a la normalidad más absoluta.