Una historia de amor entre una auxiliar de enfermería y un preso de la cárcel de Albocàsser acabará en juicio. Y es que la Fiscalía de Castellón pide cuatro años y medio de cárcel tanto para ella como para él, así como también para otros tres reclusos por un delito contra la salud pública.

Tal y como sostiene el Ministerio Público, la mujer, que responde a las iniciales A.C.D.A., facilitó, por su acceso a la farmacia de la prisión, cientos de pastillas, entre ellas el psicotrópico Trankimazin (ansiolítico), tanto al preso con el que mantenía una relación sentimental, J.C.A.S., como a los otros tres implicados en esta enredada trama de tráfico de sustancias estupefacientes dentro de la cárcel de Albocàsser.

FUNCIONARIA EN LA ENFERMERÍA // Los hechos se remontan al año 2012, cuando la auxiliar de enfermería trabajaba como funcionaria de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias perteneciente al Ministerio del Interior. La acusada estaba destinada en la enfermería de la prisión, por lo que tenía libre acceso a toda clase de medicamentos. Desde que fue detenida ha sido suspendida de empleo y sueldo al abrirle un expediente disciplinario.

Según la Fiscalía, la mujer entregó el 26 de diciembre del 2012 a uno de los reclusos acusados, D.T.S., sin previa prescripción médica ni control sanitario alguno, 180 comprimidos de Trankimazin Retard de 200 milígramos, así como 60 cápsulas de Gelotradol (un analgésico que afecta al sistema nervioso central). Este preso, a su vez, hizo llegar las pastillas a otro procesado, R.C.L.C. La finalidad, según argumenta el fiscal, era venderlas dentro de las instalaciones de la cárcel de Albocàsser a otros internos con problemas de drogadicción o que sufrían severos trastornos de conducta.

TRANXILIUM // Asimismo, el 30 de diciembre de ese año, tal y como se desprende de la investigación y de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, la auxiliar de enfermería entregó a A,J.M.C. un total de 48 comprimidos de Tranxilium, un medicamento de la familia de las benzodiazepinas que posee efecto ansiolítico, hipnótico, anticonvulsivante, sedante, relajante muscular y amnésico. El plan era que este preso se las diera a su novio, J.C.A.S. En este caso, sostiene el Ministerio Público, las pastillas eran para venderlas también en la cárcel.

El fiscal pide además de la pena de prisión multas de 2.200 euros para cada uno. La auxiliar habría facilitado cientos de psicotrópicos que no se recuperaron.

El juicio estaba previsto para ayer, pero se aplazó al no poder acudir uno de los acusados, que se halla interno en Toledo.