Dieciocho años de pesquisas con más de 100 líneas de investigación abiertas, en un laberinto que parecía no tener salida, desembocaron el jueves en la detención del presunto asesino de Eva Blanco Puig. La justicia francesa ordenó el ingreso en prisión del supuesto autor del crimen, A.C.G., un hombre de 52 años, español de origen marroquí, que salió de España en 1999.

La Guardia Civil tiene claro que el detenido actuó solo y que no hay coautor del asesinato de Eva, la joven de 16 años cuyo cadáver fue hallado en una cuneta en Algete (Madrid) la madrugada del 20 de abril de 1997 con una veintena de cuchilladas.

Todas las líneas de investigación emprendidas tras el crimen, que se centraron sobre todo en el círculo más cercano de la víctima -amigos y familiares-, resultaron infructuosas, pero el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil nunca se olvidó del caso.

La autopsia también determinó que había sido violada: en su cuerpo había semen del que se extrajo una muestra de ADN. Hace dos años, los agentes pidieron al Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) un nuevo estudio de la muestra genética. En enero del 2014, la USC remitió sus resultados con un dato fundamental: el ADN pertenecía a un varón de origen norteafricano. Todas las pesquisas se centraron entonces en el ahora detenido. H