La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgará el día 12 a un hombre, que responde a las iniciales A.J.C. por una presunta estafa a un empresario de la Vall d’Uixó, a quien ofreció lavar billetes de 500 euroslavar. La víctima le entregó al acusado 160.000 euros en efectivo y este le dio el cambiazo sin el afectado saberlo, sustrayéndole el efectivo real y dejándole dos paquetes llenos de billetes tintados, según el fiscal.

El Ministerio Público lo acusa de un delito de estafa y pide para A.J.C. tres años de prisión para él, así como la devolución de todo el dinero que robó, más los intereses previstos, según detalla el fiscal en su escrito de acusación.

Según el relato de hechos, A.J.C. se dirigió en el año 2009 a la empresa del perjudicado junto a otra persona que no ha podido ser localizada. Le manifestaron a la víctima su voluntad falaz de hacer inversiones en terrenos de la zona y, con el fin de generar una falsa apariencia de solvencia, le explicaron que estaban bajo protección diplomática, ya que se habían tenido que exiliar de su país --Liberia-- a consecuencia de la guerra allí existente. Dijeron al afectado que debían encontrarse en Madrid con otra persona que tenía en su poder el dinero que querían invertir en la Vall.

Así, la víctima se trasladó hasta un hotel en Leganés (Madrid) para mantener una reunión de negocios con los dos interlocutores. Posteriormente, volvieron a verse en la oficina del damnificado y allí le indicaron que los tres millones y medio de euros que tenían eran billetes tintados y que habían tenido que sacar así el dinero de su país. Los dos delincuentes le trasladaron a la víctima que era necesario limpiarlos.

Para hacerle una demostración de la práctica y convencerlo, le mostraron cómo hacerlo. Colocaron dos billetes tintados junto a uno real de 50 euros y los rociaron con un líquido. Para que la víctima pudiera comprobar su autenticidad, le permitieron que fuera con los billetes a una entidad bancaria, donde un empleado le confirmó que eran reales.

‘MODUS OPERANDI’

El acusado se propuso entonces a la víctima el pago de un millón de euros a cambio de conseguirle suficientes billetes de 500 euros como para lavar el dinero que ellos tenían tintado y querían convertir.

El afectado les proporcionó 160.000 euros suyos y de un amigo. El procesado lo precintó todo con papel de plata y cinta adhesiva. Inyectó el líquido al paquete y puso la excusa de necesitar un recipiente con agua, momento en el que se llevó el dinero al baño y lo sustituyó por otro paquete idéntico, que contenía los falsos billetes. Así, logró llevarse el botín, dándose cuenta el afectado más tarde de la estafa.