Castellón se sobrecogía hace una semana ante la estremecedora noticia: el empresario de la Vall d’Uixó, Vicente Almela, de 90 años, moría después de ser amordazado en su cama junto a su mujer, Consuelo Gil, de 87, que sufrió graves lesiones. Tres hombres habían accedido a la casa de madrugada para robar la caja fuerte, donde el matrimonio de ancianos guardaba joyas y dinero.

Al día siguiente la sociedad se conmocionaba aún más: los autores del robo con violencia eran la propia cuidadora de los Almela, una mujer rumana de 37 años, y su novio, de 24. Los dos fueron detenidos y ella confesó que su pareja y los otros dos amigos, en busca y captura, lo planearon todo. Ella les facilitó la entrada a la casa, un piso ubicado en la céntrica y concurrida calle Octavio Ten de la Vall d’Uixó.

Los asaltos a ancianos, que junto a los niños y discapacitados, son los más vulnerables, se vienen sucediendo, de forma puntual, en nuestra provincia desde hace años.

ASALTO Y PALIZA // Otros casos ocurridos en la provincia también trascendieron a la luz pública por su crueldad, como fue el asalto a una pareja de les Useres, Ramón Cuevas, de 75 años, y Mari Fina Beltrán, de 72, a quienes maniataron y golpearon brutalmente en su casa para robarles 1.000 euros en efectivo en abril del 2011. Los asaltantes les rompieron las costillas y los ataron con cables hasta que su hija, tras 24 horas, los encontró malheridos en el suelo.

La Guardia Civil imputó estos hechos a tres individuos. Uno de ellos era buscado en cinco países, entre ellos Estocolmo, que había emitido una requisitoria por haber cometido un asesinato. También se les atribuía el asalto que se saldó con el fallecimiento de una mujer por la paliza recibida en Ulldecona (Tarragona), el pasado día 4 de julio del 2011.

El robo a punta de pistola en la casa de dos jubilados alemanes en Càlig, en el 2009, a los que torturaron durante cuatro horas seguidas, también fue sonado.

ENCAÑONADOS // En aquella ocasión, los ladrones encañonaron a Sifris y a Armund con una pistola e hicieron creer a la mujer que su marido había muerto. Al hombre le golpearon con una barra de hierro. Se llevaron un coche, dinero y joyas, aunque finalmente la Guardia Civil los detuvo. H