Está considerada como una de las zonas más tranquilas del municipio de Peñíscola, y así lo defienden los vecinos de la urbanización de Las Atalayas, en donde el martes resultó herido grave un turista ruso haciendo balconing.

La excepción fue la llegada de tres turistas rusos a una vivienda de la zona, en la que pensaban alojarse durante un mes. Nada más llegar, ya causaron molestias. “Tenían todo el día la música muy fuerte, gritaban y pensamos que incluso se peleaban entre ellos”, revela uno de los vecinos, Eric Hardyns, quien ya llamó a la policía en la primera noche del grupo de rusos en Peñíscola.

En su segundo día en la localidad se desencadenó la tragedia adelantada ayer por este rotativo: uno de los turistas, saltando del balcón a la piscina, impactó contra el bordillo desde unos seis metros de altura. Según relata otro testigo, el francés Ghislain Lloret, el herido y sus amigos tenían “un botellón montado” en la piscina.

El joven accidentado está en el Hospital La Fe con una lesión medular y pronóstico reservado. H