Dura jornada de juicio en la Audiencia Provincial de Castellón. La Sección Primera sentó ayer en el banquillo de los acusados a un jubilado de Castellón por, presuntamente, haber agredido sexualmente y atado al somier de la cama a la hija de su pareja sentimental, desde que esta tenía 10 años hasta que cumplió 15. La Fiscalía pide para él 15 años de cárcel por abusos continuados.

La menor falleció el pasado año, por lo que no fue posible su declaración en sala. Sí habló su madre, quien reveló al tribunal que el procesado la llamaba en la cama por el nombre de su hija. «Me duele mucho no haberme dado cuenta de lo que pasaba y siento no haber tirado de la manta cuando vi algo raro», dijo la mujer, que declaró protegida por un parabán para no tener contacto visual con el acusado.

«Cuando él venía a casa, mi hija se encerraba en su habitación y un día, estando yo tendiendo la ropa, vi que él la abrazaba muy fuerte y apretaba su pelvis contra ella», declaró la testigo, quien le dijo entonces al procesado: «¿Qué hacéis? Que corra el aire». La expareja del acusado reveló al tribunal que él le proponía utilizar esposas durante sus relaciones íntimas y que tenía predilección por el sexo anal, una de las prácticas que, presuntamente, llevaba a cabo con la menor de edad.

La madre puso de manifiesto que su hija tenía miedo al acusado, que es aficionado a la caza y contaba con varias armas. Los hechos sucedieron, según la Fiscalía, en el domicilio familiar del Grao y en una alquería ubicada también en el distrito marítimo. Los supuestos abusos tuvieron lugar desde el año 2008 hasta el 2013, cuando la menor confesó lo ocurrido y decidió denunciar a quien fue la pareja sentimental de su madre.

ÉL LO NIEGA

Por su parte, el procesado negó rotundamente los cargos de los que se le acusa. «Nunca jamás en la vida he abusado de ella. Siempre la he respetado y no entra dentro de mi cabeza poder hacer algo así», dijo el jubilado a preguntas de la fiscal.

El hombre acusó a la niña de haberse inventado los hechos y dijo creer que la pequeña «no aprobaba» que él estuviera con su madre». Además, insinuó que la menor había compartido imágenes de contenido erótico con un adulto con el que chateaba.

La primera psicóloga que trató a la pequeña y a quien esta confesó los hechos también declaró ayer mismo ante el tribunal. «Un día en la consulta me dijo que tenía un secreto y me relató los abusos. Ella sentía afecto por el acusado y tenía normalizado que era el novio de su madre», relató la profesional, quien acabó derivando a la niña a una unidad de salud mental. El caso ha quedado visto para sentencia.

LA POLICÍA

Una agente de la Policía Nacional de Castellón, que tomó manifestación a la niña, dijo que esta le contó que sufría «penetraciones anales» y que «temía por su vida y la de su madre porque el procesado tenía armas en su poder». La policía explicó que la menor hablaba de los presuntos abusos como una situación que padecía como «algo habitual».

El juzgado dictó en el 2013 una orden de alejamiento para que el acusado no pudiera acercarse a la pequeña. Sin embargo, los familiares dicen que lo hizo en dos ocasiones.