Cientos de personas, entre familiares, amigos y vecinos de las tres adolescentes atropelladas el sábado por un conductor ebrio que ya está en prisión acudieron ayer al funeral oficiado esta tarde en Fuensalida (Toledo), donde se sucedieron innumerables escenas de dolor y las lágrimas.

Los primeros en llegar a la iglesia parroquial San Juan Bautista, de Fuensalida, donde residían las tres menores, fueron el consejero portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Leandro Esteban, a quien acompañaban también el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Jou, y el subdelegado del Gobierno, José Julián Gregorio.

En torno a las 16.00 horas llegaban los féretros con los restos mortales de las tres adolescentes, que fueron introducidos en la iglesia a hombros por sus familiares.

El silencio del momento solo se rompió con los llantos y gritos de dolor de sus madres y el aplauso de sus paisanos, que siguen sin comprender qué ha podido pasar para que este suceso haya tenido tan trágico desenlace.

UNA CHIQUILLADA // Las madres de las tres adolescentes -de 12, 15 y 16 años- apensaban que las niñas estaban durmiendo “la una en casa de la otra”. El alcalde de esta localidad en la que residían las tres amigas, Mariano Alonso, aseguró a Efe que las madres estaban “tranquilas” porque creían que estaban juntas, pero durmiendo en casa de la amiga. “Fue la típica chiquillada en la que una le dice a su madre que está en casa de la otra y la otra en casa de la tercera”, señaló Alonso, quien agregó que las familias están “algo más tranquilas” dentro de la difícil situación que están atravesando.

El atropello se produjo el sábado, en el kilómetro 3,200 de la carretera TO-3927 que une las localidades de Torrijos y Fuensalida, cuando un hombre de 30 años que viajaba en dirección a este último municipio invadió el carril y el arcén contrario, llevándose por delante a cinco menores.

Al parecer, y según los jóvenes de la localidad, los cinco menores volvían de una fiesta de estudiantes que se había celebrado en la localidad de Torrijos. H