Si bien la Guardia Civil de Castellón no cejó nunca en su empeño en esclarecer el crimen del joven rumano que fue abatido a tiros en la avenida Ferandis Salvador de Benicàssim, cerca del Eurosol, el 8 de noviembre del 2000, fue en el año 2010 cuando las investigaciones avanzaron a pasos agigantados, gracias a las nuevas tecnologías utilizadas por el servicio de Criminalística de la Benemérita y que permitieron aclarar el asesinato.

Unas herramientas que permitieron determinar que restos de la pólvora del arma utilizada para el asesinato no solamente se hallaban en la mano del autor de los disparos, sino que se podía averiguar la identidad del mismo a través del ADN, según han explicado a este rotrativo fuentes cercanas al instituto armado.

A partir de ahí, los agentes de la Benemérita iniciaron un proceso de localización de los individuos, cuyos datos genéticos obraban ya en poder de la Guardia Civil, y que con los de los restos de la pólvora cotejados hacía más fácil su identificación.

Así, después de cuatro años de búsqueda, y como resultado de la operación denominada Amatista (ver edición del miércoles) los dos individuos, también de nacionalidad rumana, autores materiales del homicidio del joven, fueron descubiertos en diferentes localidades de Italia, solicitando al Juzgado de Instrucción número 2 de Castellón sendas órdenes de detención y entrega.

Así, los dos fueron detenidos en junio por la policía italiana, y uno de ellos extraditado a España el pasado 14 de agosto y llevado hasta la cárcel de Soto del Real.

En “cuestión de días” será trasladado al centro penitenciario de Castellón. También en “cuestión de días” será trasladado a la capital de la Plana el otro autor material del crimen, que entrará también en la prisión castellonense.

Desde un primer momento, las sospechas se centraron en ambos individuos, pero no habían pruebas fehacientes que los implicasen directamente. H