La Conferencia Episcopal (CEE) conoció por la prensa el caso de los abusos por parte de sacerdotes a un menor en Granada, que hoy tiene 24 años. Así lo aseguró ayer su portavoz, José María Gil Tamayo, dando a entender que la archidiócesis andaluza optó por silenciarlo y ocultarlo a la cúpula de la Iglesia. Porque la archidiócesis conocía los hechos desde que la víctima escribió al papa Francisco hace unos meses y este instó al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, a actuar con contundencia contra los responsables. Algo que no hizo.

En la rueda de prensa que siguió a la clausura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, Gil Tamayo pidió “perdón” en nombre de todos los obispos por el caso de Granada pero advirtió de que la Iglesia no tenía obligación de estar al tanto de lo ocurrido porque corresponde al Vaticano y a la archidiócesis ocuparse de enjuiciarlo y de depurar responsabilidades.

El subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, no descartó ayer que haya más víctimas y afirmó que hay sospechas aunque no certezas. Pérez explicó que la policía está tomando declaración a personas del entorno de los presuntos responsables.

A todo esto, Gil Tamayo afirmó que la Conferencia Episcopal no tiene noticia de que Martínez haya sido llamado al Vaticano. H