La Guardia Civil y la Policía Nacional, así como el juzgado, investigan en estos momentos los últimos movimientos de un conocido pederasta de Castellón, Alfredo Torres Queralt --que fue condenado en 1997 a 78 años de cárcel, de los que cumplió 18--, ya que, al parecer, habría estado acercándose a niños e, incluso, podría haber abusado de uno discapacitado mientras se encontraba en un piso semitutelado de la localidad de Catarroja, tras ser recogido el pasado invierno por una oenegé valenciana, que le ofreció comida y alojamiento después de encontrarlo en la calle, en la indigencia. Cuando los componentes de esta asociación altruista han averiguado quién es realmente, y tras sospechar de su extraña actitud, lo han denunciado y puesto en conocimiento de las autoridades, que le están investigando.

Fuentes cercanas al caso explicaron a Mediterráneo que el pederasta escondía, debajo de la cama de la habitación que le había ofrecido la oenegé, hasta 70 cajitas con relojes, varias bicicletas, numerosos teléfonos móviles y objetos sadomasoquistas en una bola con unas cuerdas. La investigación se centra ahora en dilucidar si estos objetos eran posibles dádivas o regalos que el pederasta acumulaba para dárselo a sus posibles víctimas.

DECÍA QUE ESTABA EN LA CALLE

Los hechos se remontan al mes de enero de este año, cuando la ola de frío amenazaba a toda la Comunitat Valenciana. La oenegé en cuestión, que además de ayudar a niños y tener un comedor social y una casa cuna ayuda a personas sin techo, preparó un albergue para alojar a las personas sin hogar que estaban en la calle. En la puerta del albergue, en la avenida del Puerto de Valencia, estaba Alfredo Torres Queralt. El pederasta pidió a los cooperantes poder quedarse en ese lugar porque «no tenía a donde ir», así que al ver que era una persona mayor --tiene 63 años-- lo alojaron sin problemas. No obstante, cuando le requirieron que aportara su DNI, este se negó y facilitó un nombre falso: Alberto. Bajo esta identidad ha estado camuflándose hasta este verano, cuando su comportamiento ha levantado todas las sospechas.

UN NIÑO DISCAPACITADO

Como el albergue no cumplía con las medidas adecuadas, los indigentes fueron derivados a un piso semitutelado de Catarroja. Hasta hace unos días, Alfredo Torres Queralt ha estado viviendo allí. No obstante, sus propios compañeros de piso --también vagabundos-- dieron la voz de alarma, ya que Alfredo les llegó a contar que era pederasta e, incluso, uno de ellos, explicaron las mismas fuentes, «lo vio en Fallas metiendo en su cuarto a un niño discapacitado». Da la casualidad de que a la oenegé, incluso, les pidió permiso para llevarse a un menor al piso, a lo que desde la dirección le respondieron con un rotundo «no».

Cuando la asociación se ha enterado de su verdadera identidad y antecedentes, y ante su actitud sospechosa, han decidido echarlo del piso, para lo que han necesitado el apoyo de la Policía Local de Catarroja, que acudió a la vivienda y le obligaron a recoger sus cosas y marcharse. Fuentes del caso apuntan a que «últimamente lo veían merodear cerca de los polideportivos y zonas infantiles e, incluso, se ofrecía a acompañar a los niños hasta el quiosco».

LA OENEGÉ ADVIERTE QUE ES "PELIGROSO"

«Dijo que se iba a una caseta que tenía su abuela en la Vall d’Uixó».

El pederasta Alfredo Torres Queralt, que nació en Altura y ha vivido muchos años en Almenara y en Nules, podría encontrarse ahora, de nuevo, en la provincia de Castellón. Y es que cuando lo echaron hace unos días del piso semitutelado donde lo habían acogido en Catarroja comentó a los miembros de la oenegé que se dirigía hacia la Vall d’Uixó. «Nos dijo que se iba a vivir ahora a una caseta abandonada que tenía su abuela en la Vall d’Uixó, un lugar, que, como él comentaba, visita con frecuencia». El pederasta se mueve en bicicleta y en autobús, ya que no conduce.

«ESTAMOS INDIGNADOS»

Desde la oenegé apuntaron a que se trata de una persona «peligrosa». «A nosotros nos ha engañado todo este tiempo, haciéndose pasar por quien no es. Iba aseado y parecía otra cosa». Y añadieron: «Sabía que nosotros trabajamos con niños, a los que damos clases por las tardes, lo que nos desconcierta y al mismo tiempo nos indigna». Y señalaron: «A partir de ahora vamos a pedir el DNI a todas las personas a las que recojamos en la calle y también el certificado de antecedentes penales para que no nos vuelva a ocurrir algo así más».

Violó repetidamente a 3 niños en Sagunto y lo echaron de Nules

En 1997, Alfredo Torres Queralt fue condenado a 78 años de cárcel por violar repetidamente a tres niños de entre 10 y 14 años. Los conoció porque se ofrecía como entrenador de fútbol y se los llevaba a una caseta abandonada donde los violaba repetidamente. En el 2015 salió de prisión y se fue a vivir a Nules, donde comenzó a frecuentar zonas infantiles. Fue detenido por la Guardia Civil el año pasado, en el 2016, acusado de abusar de media docena de menores, que le denunciaron. La presión del pueblo provocó que cogiera sus cosas y se marchara. Ahora, sin embargo, sigue acercándose a entornos donde hay menores.