La defensa de la homicida de Torreblanca, que acabó con la vida de su exmarido, Francisco Pérez, a golpes con una barra, ha solicitado que sea declarada insolvente. Alicia D. C., de 53 años, fue condenada el pasado mes de febrero a seis años de cárcel y una indemnización de 10.000 euros para cada una de las cuatro hijas, mayores de edad, que el fallecido tuvo de un matrimonio anterior.

El fallo del tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón se dictó con arreglo al acuerdo de conformidad que alcanzaron el fiscal y el letrado de la defensa, José Lara.

En dicha conformidad fueron tenidas en cuenta las atenuantes de confesión y alteración psíquica de la acusada, que presenta personalidad compulsiva y paranoide, según acreditaron los informes forenses realizados.

La homicida se encontraba en situación de desempleo cuando se produjeron los hechos, el 19 de octubre del 2012, y vivía de la pensión que tenía el que fuera su marido. Por ello, aunque ya se habían separado, compartían una casa de alquiler en Torreblanca.

Además, según pudo saber este diario, Alicia D. C. no cuenta con apenas bienes materiales y, según ha argumentado su defensa, no puede hacer frente a la cantidad que le reclaman para las hijas del fallecido. Por ello, su abogado ha preparado un escrito en el que solicita que la mujer sea declarada insolvente económicamente.

La homicida reconoció que acabó con la vida de Francisco Pérez, de 72 años y natural de Murcia, y pactó una pena de seis años de prisión. Encontrándose ambos en la casa que habían alquilado en la playa de Torrenostra de Torreblanca, se produjo una fuerte discusión entre ellos. “La acusada cogió una barra de hierro de un centímetro de ancho por un metro de largo con la que golpeó a la víctima en el tórax”, explicó la Fiscalía, que sostuvo en el juicio oral que, al intentar defenderse Francisco Pérez, ella sujetó el arma homicida con fuerza y le propinó varios golpes en la cabeza, que lo mataron.

Tras acabar con su vida, dejó el cadáver del marido en el inmueble y se marchó. Al parecer, la mujer llamó a los propietarios de la casa, que le habían arrendado el inmueble, y les dijo que se marchaban de vacaciones. H