Una cuidadora de ancianos de Almassora se sentó ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial de Castellón como presunta autora de un delito de apropiación indebida al quedarse con todo el dinero de la mujer a la que asistía, quien falleció después de haber denunciado el caso, a la espera del juicio. Los hechos se remontan desde abril del 2011 hasta julio del 2012.

La fiscal ha pedido para ella una pena de prisión de 3 años y 8 meses y el pago de una indemnización de 50.000 euros.

La trabajadora, M.E.T.B., fue contratada por la anciana para realizar las labores de cuidados y limpiezas, pues ella padecía de movilidad reducida y no solía salir de casa. Según explicaron varios de los testigos, la mujer se ganó poco a poco la confianza de la anciana, llegando a cuidarla durante unos días cuando ingresó en el hospital. “Por esa acción me gratificó con 3.000 euros”, explicó la acusada. “Ella era muy espléndida conmigo y siempre me daba dinero para gastos como taxis, gasolina... E incluso le compró a mi hija una televisión por su cumpleaños”, relató.

Al parecer, y según argumentaron varios testigos --dos cuidadoras más que la afectada contrató en el año 2012 y su peluquera--, M.E.T.B. era quien administraba el dinero de la anciana y quien pagaba a sus empleadas. “Ella (la acusada) le acompañaba a la sucursal a sacar el dinero, firmaba y se lo daban”, manifestaron. “No tenía ninguna noción de la conversión de euros a pesetas, por lo que desconocía la cantidad que extraía”, contaron. Según explicó el abogado de la acusación, en menos de seis meses extrajo más de 24.000 euros del banco.

COMPRAS // Una persona cercana a la anciana señaló que la acusada extrajo 6.000 euros para comprar una cama adaptada con mando que nunca llegaron “a ver”, y “decía que sacaba 1.000 euros para llevarla al dentista, pero tampoco llegó a ir”, concretaron.

Fue en el 2012, año en el que la acusada le comunicó a la anciana que no puede seguir cuidándola, cuando otras dos de las empleadas se percataron de que tan solo quedaban tres euros en el banco. “Había limpiado las cuentas y el plazo fijo”, esgrimió una testigo. “En esos meses no tenía ni para comer e incluso me pedía dinero a mí, cuando ella siempre había tenido y se podía dar caprichos”, dijo la peluquera. “La empleada la tenía atemorizada”, apuntó.

Con todo, en poco más de una semana se conocerá la sentencia de la audiencia, que decidirá si la acusada entra en prisión. H