Ni brilla, ni pesa, ni vale como el oro, pero el cobre se ha ido convirtiendo desde hace ya una década en todo un descubrimiento para los amigos de lo ajeno, ya que es un metal que se ha vuelto muy preciado. Y es que su presencia en el mobiliario y las estructuras expuestas al público ha generado, además, que “el mercado negro de este metal mueva ya miles de euros cada semana en Castellón”, tal y como detallaron a Mediterráneo algunos empresarios que se dedican a las transacciones de chatarra y que prefieren mantener el anonimato.

La Policía Nacional ha detenido esta misma semana en Vila-real a tres personas como presuntas autoras de un delito de hurto, tras sustraer nada más y nada menos que una tonelada de cableado eléctrico de una empresa situada en la carretera que discurre entre Vila-real y Onda. Los agentes acudieron inmediatamente al lugar ante un aviso que alertaba de que había gente sospechosa merodeando cerca de la nave.

Varias patrullas, con las sirenas y las luces encendidas, hicieron entonces su aparición y se encontraron con los ahora detenidos en el interior del recinto, intentando cargar todo el material en una furgoneta. Además, estaban detrás de un camión de gran tonelaje que les sirvió para ocultarse e ir cargando el cable en la furgoneta dispuesta.

Se da la circunstancia de que, instantes antes, como curiosidad, los ahora arrestados habían pedido ayuda a uno de los trabajadores de la empresa, ya que entre los tres no lograban cargar tal cantidad de cable de cobre, pese a que con una herramienta ya lo tenía preparado y cortado, pero pesaba demasiado para ellos.

DETENCIÓN // La Policía Nacional los pilló, así, con las manos en la masa. En esos momentos habían logrado apoderarse ya de 540 kilogramos de cableado de diámetro grueso, valorado en 1,.512 euros; y 680 kilos de diámetro normal, con un precio de 748 euros. Ante lo ocurrido, los agentes detuvieron a estas tres personas de 22, 26 y 27 años de edad, con antecedentes policiales.

La Policía Nacional realiza constantes inspecciones a las chatarrerías para combatir este tipo de negocio, que mueve miles de millones cada año en España.