El Juzgado de Instrucción número 5 de Castellón ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para cinco de los miembros de la red, considerada criminal por el juez, acusada de blanqueo de capitales y estafas en Castellón. Otros dos integrantes de la banda han quedado en libertad con cargos, pero con medidas cautelares. La justicia les ha retirado el pasaporte, les prohíbe salir del territorio nacional y los obliga a comparecer periódicamente en el juzgado.

Todos ellos, los siete, están investigados en una causa abierta por organización criminal, estafa y blanqueo y que tiene decretado el secreto del sumario.

Otros tres arrestados por la Guardia Civil fueron puestos ya en libertad por la Benemérita, tras ser arrestados y trasladados al cuartel. Cabe destacar que la investigación sigue abierta y que los agentes continúan realizando averiguaciones sobre el entramado empresarial ya destapado e indagando acerca de otras compañías que están bajo sospecha.

Como ya publicara Mediterráneo, los expertos en delitos económicos investigan un pufo millonario por parte de los miembros de la red. Algunos de ellos cuentan con arrestos previos y el cabecilla, V.V., tiene, además, una condena por una estafa de más de 150.000 euros.

Los agentes llevaban meses realizando un exhaustivo seguimiento a los detenidos, que rondan los 30 años y son vecinos de Burriana, Benicàssim, Castellón, el Grao y Orpesa. Los efectivos centraron sus indagaciones en la supuesta actividad delictiva de la sociedad CreditSolutions, con sede en la plaza Santa Clara.

V.V. utilizaba, supuestamente, a varios de los detenidos como testaferros de empresas con una actividad empresarial sospechosa. Él y otros de sus colaboradores realizaron viajes a lugares como las islas Seychelles, unos desplazamientos que los investigadores examinan ahora con lupa para intentar detectar si pudieron trasladarse a paraísos fiscales para sus negocios ilícitos.

Muchos de los implicados cambiaron de forma drástica su ritmo de vida en pocos meses. Vivían en domicilios de lujo, conducían coches de alta gama y ni sus más allegados sabían con exactitud a qué se dedicaban. Sus arrestos no han sido una sorpresa.