La Policía Nacional ha detenido a 65 miembros de una organización que había estafado, mediante la técnica del phising, medio millón de euros a víctimas extranjeras. La operación se ha llevado a cabo en Castellón, Barcelona, Jaén, Alicante y Valencia, en donde el grupo, compuesto por ciudadanos rumanos y españoles, obtenía los datos bancarios de cuentas en países extranjeros para hacer después transferencias ilícitas a otras abiertas en España.

Una vez que el dinero era transferido a nuestro país, los llamados muleros lo retiraban para trasladarlo a Rumanía, bien personalmente o a través de empresas de envío de efectivo. La investigación, que se inició hace dos años, ha permitido localizar a un total de 171 víctimas de distintos países.

La primera denuncia fue presentada por una entidad bancaria, que alertaba del uso de tarjetas falsificadas para realizar pagos fraudulentos en comercios de la provincia de Barcelona. A partir de esta información, los agentes identificaron como presuntas autoras a varias personas.

Mediante el phising, los arrestados se hacían con los datos bancarios de ciudadanos de Alemania, Francia, Finlandia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Suecia, Estados Unidos y también Australia.

El modo más popular para poder llevarlo a cabo consistía en hacerse pasar por la entidad bancaria de la víctima y, a través de internet, solicitar las claves de acceso para operar con el pretexto de cualquier verificación.

Sin embargo, como actividad secundaria el grupo también se dedicaba a falsificar tarjetas. Para ello, utilizaban un lector de banda y una microcámara. Tras colocar el dispositivo en un cajero, captaban las imágenes del instante en el que la víctima tecleaba el código. De esta forma, podían duplicar la tarjeta para extraer dinero de la cuenta del titular.

Una vez obtenidos los datos desde Rumanía, realizaban las transferencias. Los muleros extraían el efectivo de 3.000 en 3.000 euros en cajeros u oficinas españolas. Al parecer, los cabecillas empleaban armas, si era preciso, para amenazarlos y controlar que no se fugaran con el botín. H