La muerte de un vecino de Vila-real hace seis días al sufrir un fallo cardíaco al volante y colisionar contra una farola frente al Hospital la Plana ha puesto de relieve la peligrosidad de padecer un infarto mientras se circula, no solo para el conductor, sino para los viandantes. Se trata de un hecho trágico que, además, no se puede predecir. En la mayoría de las ocasiones, los afectados no tienen tiempo de reaccionar y acaban estrellándose durante la marcha.

Este no es, ni mucho menos, el único caso que ha registrado la provincia en las últimas semanas. En Sant Joan de Moró un hombre de 43 años perdía la vida el pasado mes de febrero tras una parada cardiorrespiratoria. Su acompañante avisó de inmediato al 112, pero, aunque rápidamente se movilizó una unidad del Samu, el equipo médico intentó reanimarlo sin éxito. Falleció en el acto.

Tan solo 24 horas después de este hecho, tres conductores más morían. Dos de ellos, camioneros, de 46 y 56 años de edad, aparecieron muertos en la cabina de sus vehículos. Uno fue hallado en la carretera de l’Alcora y el otro en un área de servicio de la N-340, a su paso por Torreblanca.

La tercera persona muerta en la negra jornada del pasado 9 de febrero era un tractorista de Borriol, de 78 años, quien moría a mediodía en su finca. Fueron los familiares del anciano quienes, extrañados por que se retrasara a la hora de comer, se preocuparon y avisaron de ello a los efectivos de la Policía Local. Una patrulla se desplazó hasta la parcela donde se encontraba el fallecido, pues sus allegados sabían que había ido allí a trabajar. Los agentes se encontraron a su llegada al hombre en el suelo.

Benicàssim y Castellón

Muchas otras localidades de la geografía provincial han protagonizado sucesos parecidos. El pasado verano, tras haber acudido al gimnasio, un motorista de Benicàssim murió de un infarto mientras circulaba por la calle Bisbe Serra. Tenía 54 años. Pero, sin duda, el caso más sonado de los últimos tiempos se vivió en Castellón, en pleno centro de la capital de la Plana, cuando un conductor de 50 años murió tras sufrir un ataque en la avenida Doctor Clarà, justo delante del Hospital Provincial.

El hombre comenzó a circular de forma errática al sentirse indispuesto, cambió de carril y acabó colisionando contra cuatro vehículos estacionados junto a la terraza del restaurante Los Maños. Las mesas estaban llenas de clientes. Fue un milagro que no hubiera heridos.