Malherida, asustada, estresada e impotente al no poder moverse, una yegua de nombre Morena quedó atrapada en una acequia que discurre paralela a la ronda Sur de Castellón a su paso por el polígono Morterás, detrás de la Ciudad del Transporte. Su propietario alertó pasadas las 18.30 horas a la Policía Local de que uno de sus equinos se había escapado de la cuadra y, espantada, había caído en la zanja, donde quedó encajada, sin posibilidad de levantarse. Podría haber sido una situación fatal para la vida del animal, de grandes dimensiones, que, según los testigos, luchaba por volver a ponerse en pie, con la mirada al aire.

La Unidad Uproma de Protección Animal de la Policía Local, junto con una dotación de los bomberos municipales, colaboraron en el rescate de Morena, que fue milimétrico, delicado y casi una operación quirúrgica con una grúa elevadora como instrumento de precisión.

En posición comprometida

Fuentes de la Policía Local explican que «la yegua estaba encajonada, con una de las patas traseras en una posición muy comprometida y con muchos cortes, al intentar salir por sus propias patas de la acequia. Había mucha sangre, con un reguero escandaloso, pero las heridas eran superficiales».

Ante la imposibilidad de que se levantara por sí sola, su veterinario de cabecera fue el cirujano del operativo, grúa mediante, en el que minuto a minuto se iba elevando al animal centímetro a centímetro viendo posibles daños causados por la caída. «Se temía que pudiera ser irreversible el mal en la pata trasera, que estaba completamente escondida, o en la columna, lo que hubiera comportado el sacrificio inmediato del animal», señalan fuentes de la Policía Local.

La Uproma y los agentes municipales pusieron en marcha de inmediato un sistema de correas, atadas a una grúa, para izar a Morena y «así, evitarle sufrimientos y más heridas», detallaban sobre el operativo.

«Una pata trasera no se veía y tuvieron que hilar muy fino para ir levantándola y que la propia yegua fuera irguiéndose sola, sin miedo ni estrés, ante la situación inicial tan preocupante, con final feliz», señalaron.

Con gran profesionalidad y con la asistencia del veterinario, Morena se puso en pie, finalmente, por sí sola y, tras unas primeras curas allí mismo a las heridas de las patas, se impulsó y se marchó a la cuadra paso a paso, junto al propietario y el profesional, que se hizo cargo y que ahora hará un seguimiento de las heridas en las extremidades, para trabajar poco a poco en una pronta recuperación.