El joven de 22 años, Manuel M.G., que hace dos semanas provocó un incendio forestal en les Agulles de Santa Àgueda, en el parque natural del Desert de les Palmes en Benicàssim, ha pedido, a través de su abogada, salir de la cárcel donde se encuentra ingresado desde que el juez del juzgado de Instrucción 1 de Castellón ordenara el pasado 17 de agosto su internamiento inmediato, bajo tratamiento psiquiátrico, como investigado (imputado) por un delito de incendio forestal.

Su letrada ha presentado ya un recurso de reforma y subsidiario de apelación implorando su puesta en libertad provisional hasta la celebración de juicio y mientras se investigan los hechos. Y es que el juez que instruye el caso celebró hace apenas unos días una vista en la que estuvo presente el joven --que fue trasladado desde la cárcel-- en la que ratificó, de nuevo, mediante un auto su ingreso en el centro penitenciario, y sin posibilidad de abonar fianza alguna, dada la gravedad del delito, informaron fuentes fidedignas.

Se da la circunstancia de que el chico, según su familia, padece «una discapacidad psíquica del 65% con una edad mental equivalente a la de un niño de 12 años», explicaron las mismas fuentes.

No obstante, el forense que le examinó después de ser detenido por la Guardia Civil determinó que se trataba de «una persona semiimputable», lo que propició su ingreso en la cárcel de Castellón I en situación de preventivo.

«SOLO QUERÍA PEDIR AYUDA»

Mediterráneo se puso en contacto con su familia, quienes aseguraron que se encuentra «muy afectado». «Él ha reconocido en todo momento que lo hizo para pedir socorro, haciendo señales de humo como las películas que ve en televisión; ha pedido perdón, pero no entendemos que se le ingrese en la cárcel. Es como un niño, no puede estar en ese entorno», aseguraba su tía. Y añadía: «Tiene un preso de confianza en la misma celada que él considera ya su amigo, pero estamos hablando de un niño con una discapacidad, deberían tenerlo en otro tipo de centro. No decimos que no lo pague, sino que no es un ambiente adecuado para él».

Cabe recordar que el suceso ocurrió el miércoles, 16 de agosto, por la tarde. Una llamada al 112 alertaba de que un senderista necesitaba auxilio, ya que se había caído. El joven iba con un amigo. Este otro chico se marchó a buscar ayuda y el chaval, al verse solo en el monte, decidió hacer el fuego para que lo vieran pronto los equipos de rescate.

En apenas diez minutos los bomberos se encontraban con un auxilio y con un incendio forestal, para lo que fue necesario movilizar varios aviones y hasta un helicóptero, además de decenas de efectivos terrestres, a los que se sumaron agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil.