El Tribunal Supremo ha aumentado la condena al famoso delincuente Jaime Giménez Arbe, conocido como El Solitario, imponiéndole 20 años y medio de cárcel (la Audiencia de Castellón lo condenó a 19 años) por el atraco a la Caja Rural la Vall, de la Vall d’Uixó, el 10 de mayo del 2000, en el que disparó a dos policías locales, hirió a un tercero y un cuarto agente murió durante el tiroteo tras alcanzarle un fatídico disparo accidental de un compañero.

El procesado consiguió robar 3,3 millones de pesetas (20.400 euros) de la sucursal, aunque casi todo el dinero se quedó esparcido en la calle durante el tiroteo al caérsele al suelo y abrirse el maletín donde lo había metido.

AGRAVANTE DE DISFRAZ // El Supremo aumenta así en 1 año y 6 meses de prisión la condena establecida por la Audiencia de Castellón. El motivo es que, de acuerdo con la Fiscalía, aumenta de 6 a 7 años y medio la pena por el delito de atentado a agentes de la autoridad en concurso con tentativa de homicidio, con el agravante de disfraz (se puso una barba y un bigote postizos) y la atenuante de dilaciones indebidas. A ello se suman las penas, que se mantienen tal como las impuso la Audiencia de Castellón, de 4 años por el robo con intimidación y uso de arma; y otros 9 años por dos atentados a agentes de la autoridad en concurso con lesiones.

EL JUICIO // El juicio se celebró en abril del 2016 y durante el mismo declararon el acusado, agentes de Policía Local de la Vall, así como algunos peritos.

El Solitario dijo que no era «un asesino» y explicó que hirió a dos agentes en las piernas para poder huir del lugar, pero sin intención de matarlos. El Solitario, además, negó ser el autor del disparo que atravesó la luna de un coche que conducía un agentes y que le causó heridas en los ojos por los cristales que le alcanzaron.

Los magistrados, tras analizar las pruebas, concluyeron que el acusado era culpable de un delito de robo con violencia con uso de armas y un delito de atentado, pues los agentes estaban debidamente uniformados y le abordaron diciéndole: «¡Alto, Policía!».

Quedó demostrado, además, que los disparos iban dirigidos a las piernas de los policías «con intención de lesionar», por ello no se calificaron los hechos como intentos de homicidio. También se probó en el juicio que el acusado fue el que disparó al coche de la Policía Local e hirió al agente al estallarle los cristales en la cara.

El Solitario tendrá que abonar una indemnización de más de 400.000 euros a las víctimas. Este delincuente mató a dos guardias civiles en Navarra y acumula hasta 90 años de cárcel por todos los delitos que ha cometido.