Muchos de los vídeos que contenía el ordenador de Rafael S. estaban en versión inglesa, por lo que en el interrogatorio le insistieron en si sabía este idioma. El párroco en ocasiones no contestó.

Los investigadores llegaron a lanzar la hipótesis de que el cura de Vilafamés podría sufrir “una adicción”. Y es que reconoció a la juez que “estaba casi todo el tiempo en internet”.

La cantidad de material que halló la UCO en el ordenador personal de Rafael S. hizo suponer a los agentes que “llevaba prácticamente toda la vida archivando pedofilia”.

Si el acusado, finalmente, se declara culpable de distribución de pornografía y corrupción de menores y acata una condena, será inmediatamente expulsado de la Iglesia.