Condenada a tres años de prisión. La vecina de Castellón, de 35 años, que acusó a su amante de enviarle 892 gramos de cocaína por correo desde Colombia irá a la cárcel como autora de un delito contra la salud pública. El tribunal de la Sección Primera no ha creído su versión de los hechos y considera probado que ella y el otro acusado recibieron las sustancias tóxicas con la finalidad de destinarlas al tráfico de drogas y lucrarse con su venta.

El otro procesado, de origen peruano y de 44 años, también ha sido sentenciado a tres años y seis meses de prisión. Ambos deberán pagar, conjuntamente, una multa que asciende a 125.446 euros.

La mujer negó saber qué contenía el bulto que le llegó a una oficina de correos de Castellón --tras detectarlo el aeropuerto de Barajas y autorizar un juzgado de Madrid su envío controlado para sorprender al receptor--.

«Una semana antes de que llegara el paquete, me dijo que recibiría algo a mi nombre que era para él. No pensé que me la podía jugar de esta manera y creí que podía tratarse de un paquete con perfumes de imitación o algo así», aseveró la procesada, a preguntas del Ministerio Fiscal.

El bulto venía de Cali (Colombia) y los agentes de la Aduana lo interceptaron, pasándolo por rayos y comprobando que contenía cocaína. «Fuimos los dos juntos a la oficina de correos. Él había seguido la llegada de la caja con su móvil y, en cuanto lo recogimos, la Guardia Civil me detuvo antes de que saliera por la puerta», relató la ya sentenciada.

DECLARACIONES

La mujer aseguró al fiscal que, teniendo un trabajo fijo en un bar de la capital e hijos pequeños, no iba a cometer un delito así. Asimismo, denunció que, estando en prisión preventiva --donde ambos permanecen desde la detención-- había recibido «amenazas» por parte de quien fuera su amante para «comerse» ella sola los cargos.

Sin embargo, los jueces consideran que existen «datos sobrados» para que la procesada supiera el contenido del paquete. Por su parte, el acusado negó el affaire y tampoco se hizo responsable del envío de cocaína. Se limitó a decir que solo «acompañó por amistad» a la acusada.

LA SENTENCIA

Sin embargo, el tribunal de la Sección Primera declara probado que el 16 de marzo del 2017 se detectó la droga en el aeropuerto de Madrid. El día 28 de marzo del pasado año la ya condenada acudió con la notificación de correos a recoger el paquete, en compañía del otro sentenciado --a quien los magistrados consideran el destinatario final de la droga--, según reza el documento judicial.

La sustancia, que tenía una pureza del 26%, hubiera alcanzado en el mercado de venta al por menor un valor de 31.361 euros.