Dos niñas de unos 10 años tuvieron que ser ingresadas después de haber sufrido una intoxicación por cloro en la piscina municipal de Xilxes. Una tercera también se vio afectada, pero no necesitó ser hospitalizada.

Los hechos se produjeron a última hora de la tarde del viernes, cuando las instalaciones «estaban a punto de cerrar». Las menores «empezaron a sentirse mal» hasta el punto de alarmar a sus familiares y los responsables de la piscina, que «de inmediato», ante los síntomas que presentaban, realizaron «unas pruebas al agua en las que comprobaron que los niveles de cloro eran muy altos».

Dos de las niñas, vecinas del municipio, fueron trasladadas rápidamente a un centro hospitalario, donde fueron ingresadas. Una de ellas, según el alcalde, fue dada de alta ayer, la otra sigue en observación, aunque estable.

Tal y como confirma José Martínez, en el origen de este accidente está «un mal funcionamiento del dispensador automático» que controla la calidad del agua de baño, un dispositivo nuevo, dado que hasta el año pasado «el control del cloro se hacía de forma manual», hasta que Conselleria de Sanidad indicó que debía realizarse esta modernización.

Sobre por qué solo estas tres menores sufrieron la intoxicación y no el resto de bañistas que en ese momento llenaban las instalaciones municipales, el alcalde apunta a la posibilidad de que estuvieran muy cerca del punto en el que se realiza la aportación de cloro o que su edad pudiera haber influido en la reacción.

Fuera como fuera, la primera decisión del munícipe fue el cierre de la piscina, que permanecerá fuera de uso «hasta que tenga total garantía de que algo así no volverá a suceder». Para ello, esperará a que la Conselleria de Sanidad autorice el baño.

Agentes de la unidad del Seprona de la Guardia Civil se personaron ayer por la mañana en el lugar del suceso para tomar muestras del agua. In situ, les facilitaron los informes y controles diarios que acreditan que «todas las revisiones y análisis están correctos», por lo que el accidente se debería a un fallo puntual del citado dispensador de cloro.

El alcalde apela a la comprensión de los usuarios porque «la piscina no se abrirá hasta que no haya completa seguridad».