El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) ha ratificado la condena de 15 años impuesta a Manuel Enrique Araujo por la Audiencia Provincial de Castellón, tras matar de un tiro en la cabeza a su vecino de Benicarló porque le molestaban los ladridos de sus perros.

El alto tribunal valenciano ha estimado parcialmente el recurso presentado por la acusación particular y el Ministerio Fiscal, eliminando la atenuante de dilaciones indebidas, pero manteniendo la idéntica pena que le fue impuesta por el máximo órgano judicial de la provincia, según la sentencia, a la que ha tenido acceso Mediterráneo.

Manuel Enrique Araujo fue declarado culpable el pasado mes de noviembre de «matar con violencia y sin posibilidad de defensa» a la víctima, tal y como publicó entonces en exclusiva este diario. El alegato final del procesado, que hizo llorar a tres miembros del jurado al pedir perdón a la familia del fallecido y a la suya propia y sostener que el disparo fue accidental, no fue suficiente para que los miembros del tribunal creyeran en su inocencia. Por la mínima de siete votos, era declarado culpable de asesinato.

Los hechos sucedieron en verano del 2014, en un edificio de la avenida de Papa Luna. Las desavenencias entre víctima y agresor eran habituales por los ladridos de los tres perros que el fallecido tenía. El condenado le disparó un tiro a 50 centímetros.