La Generalitat y los vecinos de las urbanizaciones afectadas por el incendio que comenzó el martes en Torrent, y que ha quemado 320 hectáreas y obligado a desalojar a 3.000 personas, coincidieron ayer en que la zona era un polvorín por la falta de limpieza y la escasez de lluvias.

Tras regresar a sus viviendas y comprobar los daños, únicamente exteriores en la mayoría de los casos, algunos vecinos todavía se afanaban en refrescar la zona con sus propios medios, cubos o mangueras, sin apenas haberse parado a evaluar las dimensiones generales del incendio.

Muchos de los setos divisorios entre parcelas han desaparecido, algunas cubiertas de casas en construcción, persianas, paelleros, techados de aparcamientos o lonas de piscina se han calcinado y dos vehículos han ardido.

El propio conseller de Gobernación, Serafín Castellano, reconoció que el incendio se ha registrado con unas condiciones extremas de sequía y viento de poniente, de manera que la zona era “un polvorín”, añadió.

Los cinco medios aéreos que se habían movilizado a primera hora de la tarde de ayer por un rebrote del incendio en la zona de Chiva se retiraron a las pocas horas, después de que volviera a estar estabilizado y sin llamas. Respecto al origen del fuego, todo a punta a un rayo. H