Un incendio provocado ha ocasionado graves desperfectos en el edificio de la Hacienda Foral de Guipúzcoa en cuyo interior fue localizado un vigilante de seguridad muerto, mientras que otro guardia jurado, que mantenía un problema laboral con el fallecido, está siendo buscado por la Ertzaintza.

El incendio, que tuvo varios focos, se declaró a las 22.50 horas del domingo en la torre de Hacienda Foral en Errotaburu (San Sebastián), un edificio inteligente al que le fueron desconectados desde el interior todos los sistemas de seguridad salvo el blindaje de acceso, según indicó ayer el diputado general de Guipúzcoa, Joxe Joan González de Txabarri.

Los bomberos trabajaron en la extinción del fuego registrado en la cuarta planta de este edificio de 11 alturas y en los garajes del inmueble, que cuenta con cuatro niveles en subsuelo, donde localizaron el cuerpo sin vida del vigilante de seguridad, Florencio Parra Barrios, un donostiarra de 41 años residente en Rentería (Guipúzcoa).

El diputado general precisó que el fallecido era el jefe del vigilante desaparecido, Manuel Ignacio Apaolaza, de 42 años, nacido en Zizurkil (Guipúzcoa) y residente en San Sebastián, entre quienes existía un "problema laboral", ya que el superior le había advertido de que acumular varios turnos en una sola jornada representaba una "irregularidad". Txabarri agregó que también ha desaparecido el arma reglamentaria que los vigilantes se intercambiaban en los turnos, así como una moto de gran cilindrada del fallecido.

Durante toda la noche del domingo al lunes los bomberos trabajaron en la extinción de las llamas del sótano y, sobre todo, en la extracción del humo de las plantas subterráneas, ya que el fuego de la cuarta planta fue rápidamente sofocado.

Fuentes de la investigación aseguraron que el incendio es intencionado, tanto por la manipulación de los sistemas de seguridad como por la existencia de seis focos independientes, cuatro en las plantas subterráneas y otros dos en pisos superiores.