La presentadora Sandra Barneda presenta Las hijas del agua (Suma de letras), su última novela de aventuras y suspense, que es la tercera parte de una tetralogía protagonizada por mujeres y que tiene como unión los cuatro elementos de la naturaleza: aire, tierra, agua y fuego. La copresentadora de Supervivientes también se refiere a la polémica por el hecho de que su pareja, Nagore Robles, participara como tertuliana en este mismo espacio.

--¿Televisión o literatura?

--No soy capaz de escoger. En este momento estoy disfrutando de las dos cosas, que además se pueden compaginar muy bien.

--¿Cómo lleva la fama?

--La fama no se puede diseccionar. Es como comerse un pastel al que le quitas la nata y el chocolate, entonces ya no es un pastel. Lo más importante de la fama es digerirla bien.

--Pero a usted le ha costado digerirla: al principio era sumamente discreta y ahora ya ha decidido no esconderse.

--Ha sido un proceso muy largo. Lo que tengo claro es que no puedo ser libre si no me muestro tal como soy realmente. No expongo mi vida, pero sí que creo que hay que empezar a hablar, no me sentía cómoda sin hablar.

--Imagino que es difícil pasar desapercibida con su pareja, Nagore Robles.

--Sí, era muy complicado, pero de repente se vende una foto y te están persiguiendo con la cámara. Y es que nos hacen fotos y no me entero. Nos pasó en Venecia. Estábamos de promoción del libro y ya volvíamos. De repente vi unas cámaras en el aeropuerto y a los pocos días unas fotos nuestras se publicaron en una revista. La verdad es que he pillado berrinches, pero no lo puedo evitar.

--¿No le incomoda que su pareja participe como tertuliana en ‘Supervivientes, el programa que usted copresenta?

--Al principio fue complicado, el rumor estaba en el aire y había gente que lo sabía. Pero creo que lo mejor, como todo en la vida, es asumir las cosas con plena naturalidad. Si vas cohibida, es mucho peor. Decidí tirarme a la piscina y ya está. A ella le han hecho la vida imposible. La gente ha sido injusta al decir que está en el plató por mí, cuando ella lleva siete años comentando realities y yo solo tres años. Ahora, de verdad, me da igual lo que digan.

--¿Cuáles son los principales pilares del último libro?

--Son una Venecia decadente en un contexto europeo entre la Revolución Francesa y la reforma posterior, y esas mujeres que decidieron luchar por ellas mismas, después de que Rousseau no las incluyera en el contrato social.

--¿’Las hijas del agua’ es un homenaje a las mujeres luchadoras?

--Sí, mezclo personajes reales con otros de ficción. Es un homenaje a las mujeres que alumbraron el camino de la valentía y tomaron conciencia de que todos somos hijos e hijas del agua. Ellas lucharon para lograr una sociedad y un mundo justos. Es de justicia que sigamos su estela. No podemos decir: «Todo está hecho».

--¿Por qué ha elegido la Venecia de finales del siglo XVIII?

--Me apetecía meterme en esa Venecia de claroscuros, esa Venecia de Carnaval donde se decía que estaban las mujeres más ilustradas de Europa. En esa Venecia del juego, del ocio, de los asesinatos. Es un buen lugar para crear una trama de suspense donde las mujeres son las heroínas. Es donde eligieron romper y luchar por ellas mismas a través de hermandades secretas. Luego vinieron las sufragistas del siglo XIX, pero la antesala del feminismo son ellas.