El pasado mes de enero, el consumo de televisión en España alcanzó una media de 4 horas y 21 minutos por persona y día frente al televisor. Sin duda, es una telefagia importante, pero son unos hábitos audiovisuales que están a punto de saltar por los aires con la aparición --y explosión-- de las plataformas de tele por streaming. Y es que con esta nueva opción del siglo XXI ha llegado un fenómeno mundial denominado binge-watching. Es decir, visionar varios capítulos seguidos de una misma serie en formato digital. Y suelen ser más de 4 horas y 21 minutos sin parar. Comparado con un maratón pedestre, cansa menos y entretiene más.

Según un estudio que ha hecho público Netflix, el binge- watching parece ser el gran gancho para sus clientes: más del 90% de los usuarios de la plataforma de pago (con, al menos, un año de antigüedad) ya «han disfrutado» de su primer maratón. Y, de media, este primer binge («acto de consumo excesivo o compulsivo») se suele producir a los 12 días de abonarse a Netflix.

Pasarse de un tirón varios episodios de una misma serie no significa ver toda la producción, que suelen tener 12 o más episodios. Así, la media para visionar toda una producción suele estar en tres días de media. O sea, cuatro episodios (alrededor de cuatro horas) cada día. A la cabeza está Breaking Bad, la serie con más maratones.