El 2016 ya es historia y empieza un nuevo año (otro más) cargado de retos. Castellón deja atrás un ejercicio marcado por la recuperación económica y afronta uno nuevo cargado de retos. Y las previsiones no son nada pesimistas. Al contrario. Si nada se tuerce, 2017 será el año del despegue económico definitivo para una provincia que por mucho que pasen los años sigue teniendo los mismos problemas de siempre: la falta de infaestructuras.

Desde el punto de vista económico, el camino parece despejado. Los indicadores apuntan a que la lista del paro continuará a la baja (otra cosa es la calidad del empleo) y esa mejora será consecuencia del alza del consumo y del incremento de las exportaciones. También del milagro del turismo, que tras cerrar un año de récord en Castellón (7,5 millones de pernoctaciones) aspira incluso a superar esas cifras.

La parte negativa, que la hay, viene de la mano de la financiación. La Comunitat sigue sin tener resuelto el problema de la infrafinanciación. Y sin dinero no hay posibilidad de que la inversión pública mejore. Este año puede ser el definitivo.