Dar empleo en su municipio y a sus propios habitantes. Es la meta que se han marcado muchos ayuntamientos de toda España y también de la provincia de Castellón, donde las fórmulas que más se aplican son las subvenciones por cada contrato a empadronados del municipio; o las ventajas fiscales a empresas que creen empleo fichando a vecinos de la propia terreta.

La creación de bolsas es otra de las estrategias, tanto de personas de la propia ciudad que buscan trabajo, y para las que filtran ofertas u ofrecen talleres o cursos de formación; o trabajos temporales en programas impulsados por Administraciones, que suelen ser en brigadas del paro agrario, para labores de limpieza, vía pública; o también de atención en instalaciones turísticas.

Otras iniciativas que han ido a más en estos años de crisis son las de empresas de un sector concreto, la construcción, con tal de incentivar que pymes locales tengan prioridad en los pliegos de contratación. Eso sí, de obras menores y con un presupuesto máximo, para no interferir en la igualdad de oportunidades.

Y las iniciativas no cesan, pese a que el empleo no es competencia directa. Alcaldesas como la de Almenara, Estíbaliz Pérez, como apuntó Mediterráneo, han remitido cartas a almacenes para que prioricen a los parados locales al contratar en la campaña citrícola. Recomendaciones, pues fuera de incentivos, al final, quien ficha y no solo tiene en cuenta dónde está empadronado, sino la cualificación, es el empresario.

CON GENTE DEL PUEBLO // En l’Alcora, vértice del triángulo azulejero, según explica su edila Nuria Sánchez, van a facilitar al máximo las ofertas que salgan en el municipio --a través de webs como la de la Asociación de Parados-- informando directamente a los parados de la bolsa local. “Vamos a intentar que todos los puestos de trabajo libres en l’Alcora puedan cubrirse con gente del pueblo. Lo que pasa ahora es que las empresas lanzan la oferta y en 15 minutos ya está cubierta y desfasada”, informa J. Nomdedeu. H