De Vinaròs a Almenara, pasando por Morella, Segorbe, Burriana, Almassora o la Vall d’Uixó, la magia de los Reyes Magos de Oriente llegó ayer a todos los pueblos de Castellón en unas cabalgatas con un importante nexo común: la ilusión. De los más grandes, pero también de los más mayores, ya que el de Reyes es el día que se permite soñar. Es el día de la inocencia, y así quedó demostrado en todas las cabalgatas que tomaron ayer las principales calles de la provincia.

Por mar, en prácticamente todos los municipios con puerto, por las grutas de San José, en la Vall d’Uixó, y por tierra, en el resto, Sus Majestades de Oriente llegaron en múltiples transportes para repartir sus regalos y que ningún niño de Castellón se quede sin su juguete favorito.