La desastrosa campaña de cítricos en la provincia ha aumentado la sensación de que sobra clemenules. En la celebración de la Virgen de la Naranja, la misa y posterior comida con que el sector citrícola castellonense hace cada año balance de la temporada, ayer se pudo comprobar cómo se sigue insistiendo en la necesidad de reconvertir cultivos en el territorio provincial. El presidente de Fepac-Asaja, Néstor Pascual, volvió a lamentar a las puertas de la Basílica de Lledó que la provincia haya «apostado todo a una variedad y toda no la podemos cosechar». Y Jorge García, presidente de la patronal de exportadores Asociex, coincide con él y señala que, en diez años, el período de recolección de la variedad estrella de la citricultura castellonense ha pasado de cuatro meses a mes y medio y «en Navidad la fruta se ha deteriorado mucho», lo que la hace difícil de vender.

Eso sí, las coincidencias acaban aquí. Ayer Pascual pidió de nuevo un plan de reconversión varietal que permita cambiar «el 20% de la clemenules por variedades tardías», entre las que citó las naranjas navel, navel powell y navelate. «Esto lleva un periodo de cinco o seis años y es difícil. Hay que hacer un mapa varietal en arreglo a temperaturas, tierra,...», dijo.

Pero desde la Generalitat, que durante muchos años barajó esta medida para ampliar y diversificar la campaña citrícola, y desde la propia Asociex, ayer señalaron que será «el mercado» el que llevará a cabo esta reconversión, porque ya «establece qué variedades prefiere», en palabras del secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez.

Ya ha comenzado

De hecho, Jorge García apuntó que esta labor de diversificación ya ha empezado. La clemenules «ya no se planta y entre eso y el abandono [de huertos], irá regulándose», apuntó el presidente de Asociex. Eso sí, García reconoció que este método para cambiar a nuevas variedades de cítricos será duro: «Habrá quien no querrá, o no podrá, aguantar» el proceso y dejará de cultivar su huerto, indicó.

Asimismo, el secretario autonómico de Agricultura señaló que la capacidad de la Conselleria se limita a, «desde la investigación, ofrecer el material para que [los agricultores] accedan a las variedades que necesitan». Algo que contrasta con las palabras de la consellera Elena Cebrián, que en varias ocasiones ha mostrado su predisposición a realizar este plan que marque qué variedades plantar, aunque en este momento no es posible por la escasez de fondos en la Generalitat.

Poco antes, Néstor Pascual había mostrado su descontento con el gabinete de Elena Cebrián, del que, dijo, «esperábamos mucho y no estamos llegando a ningún resultado. Está apostando por la ecología y la agricultura ecológica y esto es muy difícil» en el sector citrícola, apuntó ayer.

Seguros escasos

La autonómica no fue a la única administración a la que ayer leyó la cartilla el presidente de Fepac-Asaja. Sobre la reciente visita del delegado del Gobierno a Nules, Pascual censuró que el Gobierno haya reducido sucesivamente sus aportaciones para subvencionar los seguros agrarios hasta el punto de que «ya no tenemos casi ayuda», motivo por el cual muchos agricultores «van dejando de asegurarse». Esto ha provocado que casi ningún citricultor de los que van por libre contrate los seguros agrarios, algo que sí sucede entre quienes están asociados a una cooperativa, sobre todo en la Plana Baixa, porque «obligan» a ello, dijo. Asimismo afirmó que los 13,45 millones que llegarán para contrarrestar los daños por temporales son una minucia.