La tranquilidad es un valor en alza. Cada vez son más los urbanitas que buscan refugio y algo de consuelo, aunque sea por un par de días, en alguna de las casas rurales de Castellón. Oro puro. Y el interior, que lucha como puede contra la despoblación, los acoge con los brazos abiertos. Eso, unido a la mejora económica, explica porqué pasar un fin de semana en el interior de la provincia vuelve a estar de moda. ¿La consecuencia? Los propietarios de los 455 alojamientos rurales toman aire y lo hacen tras ver cómo el negocio cayó una media del 50% en los primeros años de la crisis.

Si un mes antes de fin de año en Castellón era prácticamente imposible encontrar una casa rural libre, esta Semana Santa ocurre exactamente lo mismo. «Lo tenemos al completo y está lleno desde hace más de un mes», apuntan desde El Planet de Maella, un alojamiento situado en el centro de Xert. «Hace unos años costaba más llenar, pero ahora la gente vuelve a salir y se respira algo más de alegría», añade.

Ese optimismo que se vive en Xert lo comparte al cien por cien Joaquín Deusdad, gerente del hotel El Faixero de Cinctorres y presidente de la Asociación de Turismo Rural (ATR), adscrita a Ashotur. «Las previsiones para Semana Santa son muy buenas y todo indica que la ocupación en el interior oscilará entre el 95% y el 100%, sobre todo los días más fuertes, que este año son del 14 al 16 de este mes», describe.

95% DE OCUPACIÓN EN PASCUA

El turismo de interior vivirá una Semana Santa con la mayoría de alojamientos al completo, pero la buena racha empezó el año pasado. De hecho, el sector provincial cerró el 2016 con 46.317 turistas, un 7% más que en el 2014, cuando fueron 43.069, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo mejor es que las cifras del último año empiezan a asemejarse a las de antes de la crisis. Un ejemplo. En el 2007, en pleno boom del sector, algo más de 50.000 turistas eligieron alguna casa rural del interior de Castellón para pasar sus vacaciones. En el 2008 se inició una tendencia a la baja que se rompió definitivamente durante la segunda mitad del 2015. Y en el 2016 la mejora se consolidó.

Pero hay otra buena noticia. Las perspectivas son buenas y todo apunta a que el 2017 no va a ser peor. Enero y febrero han acabado con 5.617 visitantes, un 8% más que durante los mismo mes del 2016, cuando fueron 5.190. Esas cifras están permitiendo al sector subir algo los precios, que llevaban años congelados o incluso a la baja. «Las cosas han cambiado y el precio, aunque sigue siendo importante, ya no es determinante a la hora de cerrar un reserva», describe Deusdad.

Ese camino ascendente que han emprendido los alojamientos rurales está propiciando que se vuelva a invertir en el sector. Un par de ejemplos bastan para entenderlo. El Ayuntamiento de Portell está restaurando la antigua Casa Abadía, declarada Bien de Interés Cultural, para convertirla en casa rural. En Traiguera, la casa Thiar Julia consiguió a principio de año la categoría de cinco estrellas, la máxima, convirtiéndose en la primera y única de Castellón en obtener la distinción. «Se trata de ir un poco más allá y ofrecer al cliente un alojamiento de calidad, con todas las comodidades y en un entorno privilegiado», asegura su propietario, Manuel Llopis.

MUCHO MÁS QUE DORMIR

El alojamiento rural gana clientes y eso da alas a las empresas de turismo activo. En los últimos dos años, la cifra de empresas que se dedican a este sector se ha disparado hasta superar las 52 en toda la provincia. Es cierto que la mayoría están en el litoral, pero en las comarcas del interior el sector también crea cada vez más empleo. «La demanda de actividades complementarias es cada vez más alta y aunque hay empresas que ofrecen estos servicios, todavía queda camino por recorrer», sentencia el presidente de la asociación de empresarios.

Somos Aventura es una de esas empresas de turismo activo. Desde Montanejos organiza actividades como rafting, puenting, barraquismo y espeleología para escolares, empresas o grupos de amigos. «La demanda es cada vez más alta» constata Isabel Moreno, una de sus responsables. La empresa colabora, además, con alojamientos rurales de la zona.