Las dos principales ciudades de la provincia, Castellón y Vila-real, no están afectadas por la actualización de los valores catastrales que se realizará de acuerdo a los Presupuestos Generales del Estado, pero sí que verán afectadas sus tasas de la contribución por la actualización que cada año lleva a cabo el catastro.

En este sentido, desde el Ayuntamiento de Castellón tratarán de amortiguar el incremento con una rebaja de los tipos. Eso sí, es más que probable que ello no beneficie a todas las propiedades que deben hacer frente al pago del IBI, indican fuentes del propio consistorio, con lo que habrá quien notará un incremento en la tasa. De todas formas, esto no compensará la reducción (que se estima en 1 millón de euros) debido a que las zonas urbanas no consolidadas pasarán a pagar como rústicas el año que viene.

Asimismo, el equipo de gobierno está estudiando bonificaciones para las familias con menos recursos, como ha venido anunciando Amparo Marco.

Por su parte, Vila-real no tiene prevista ninguna actuación, después de reducir el último año el pago de los tributos hasta un 17% y en los dos anteriores haber congelado la tasa. Esto se consiguió por dos vías: con la reducción de los tipos impositivos municipales y gracias a que se logró pactar con la Dirección General del Catastro una reducción de los valores catastrales de la ciudad del 15%, después de que estos hubieran sido actualizados al alza en el 2006. Aunque ahora, el consistorio ha vuelto a intentar lo mismo, no ha sido posible. H