La evolución gráfica de la economía de Castellón parece una especie de montaña rusa. Largo ascenso hasta el 2007; caída brusca en los años de crisis y nueva subida en los tres últimos años de recuperación. El tobogán se repite en cada indicador. Sucede con la vivienda, con los automóviles, con el empleo, con la recaudación de impuestos estatales... El esquema es similar para casi todos los indicadores pero hay una clara excepción: la tasa de dependencia, que mide el número de trabajadores por pensionista. Esta relación está en encefalograma plano desde hace varios años y ni siquiera la recuperación del empleo está consiguiendo darle un empujón definitivo. No importa que Castellón haya creado más de 12.000 nuevos empleos en los últimos dos años. La tasa apenas se mueve y sigue anclada en mínimos

Pero, ¿cuál es la ratio entre trabajadores y pensionistas en Castellón? Los últimos datos que maneja el Ministerio de Empleo revelan que la provincia ha comenzado el año con 227.485 afiliados a la Seguridad Social (la cifra no incluye a los desempleados) y 128.991 pensionistas. La relación entre ambos es de 1,7 cotizantes por cada pensionista. O dicho de otra manera: un trabajador paga más de la mitad de la prestación de un pensionista.

Pese a que la mejora económica es un hecho y en los últimos dos años la provincia ha ganado más de 12.000 nuevos afiliados, la ratio entre cotizantes y pensionistas apenas varía. Tan solo ha crecido un 0,05% desde 2016 y, por supuesto, sigue a años luz de la tasa que se alcanzó en el año 2008, cuando la ratio entre afiliados y jubilados era de 2,3.

CADA VEZ MÁS PENSIONISTAS

Que en una década la relación entre trabajadores y pensionistas haya pasado de 2,3 a 1,7 se explica porque durante todo este tiempo la provincia ha perdido 37.325 cotizantes (y todo pese a la recuperación económica) y ha ganado 14.239 pensionistas. Y lo más grave es que el panorama podría ir todavía a peor: las últimas previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan a que en menos de quince años la población mayor de 65 años alcanzará el 25%. Hoy es el 18%.

El panorama en Castellón no es nada alentador como tampoco lo es en la mayoría de las provincias españolas. Y entre todas la palma se la lleva Ourense, donde no alcanzan siquiera a un cotizante por pensión. En Lugo, León, Zamora, Asturias y Ávila apenas rozan un ocupado por prestación.

En Castellón la situación no es tan dramática como en la mayoría de las provincias gallegas, pero sí resulta mucho peor que la media nacional. España cerró el 2017 con 19.455.384 de cotizantes y 9.581.770 pensionistas, lo que da 2,23 afiliados por cada perceptor de una pensión, cuando los expertos calculan que para garantizar la supervivencia del sistema la ratio debe rondan los tres cotizantes por pensionista. Hacen faltan, pues, más trabajadores y, pero ni aún así el problema estaría resuelto. «Alcanzar el pleno empleo tan solo serviría para compensar aproximadamente una quinta parte del aumento del gasto en pensiones asociado dio al fuerte envejecimiento demográfico», asegura el profesor José Ignacio Conde-Ruiz, autor del estudio Medidas para restaurar (o no) la sostenibilidad financiera de las pensiones y publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

EL PROBLEMA: SUELDOS PRECARIOS

Aunque antaño los expertos defendían que para garantizar el futuro del sistema de pensiones eran necesarios unos tres cotizantes por cada pensionista, la fórmula se ha quedado totalmente desfasada. Y queda anticuada porque los sueldos de los trabajadores de Castellón no crecen (y tampoco las cotizaciones sociales) y los nuevos jubilados cobran más que quienes se retiraron del mercado laboral hace tan solo unos años. Un ejemplo. Quienes se jubilaron en Castellón en el 2017 lo hicieron cobrando una pensión media de 1.200 euros al mes, según la estadística del Ministerio de Empleo. Los que se jubilaron en el 2005 percibía mucho menos, 628 euros de media.

Salarios bajos y pensiones medias cada vez más altas provocan un desfase entre los ingresos por las cotizaciones sociales que pagan empresas y trabajadores y los gastos de la Seguridad Social en pensiones. Un desajuste que en Castellón sigue sin freno: de enero a noviembre del 2017 las cotizaciones sociales produjeron unos ingresos 854,2 millones de euros a las arcas de la Seguridad Social, mientras que el gasto en pensiones escaló a 1.172,1 millones. ¿Conclusión? El desfase entre ingresos y gastos se situó en 318 millones y las cotizaciones solo dan en Castellón para pagar el 73% de las pensiones.