El nuevo Gobierno de la Generalitat de Ximo Puig echa a andar y lo hace con el compromiso de defender todas “las causas justas”. Apenas 24 horas después de conocerse el nombre de los titulares de las nueve consellerías que componen el nuevo Ejecutivo regional, los responsables de cada área prometían su cargo en un acto institucional austero, que posteriormente daba paso a un simbólico traspaso de carteras --igual que ocurre en los ministerios-- entre el conseller saliente --del PPCV-- y el entrante.

El tiempo apremia. Ha pasado más de un mes desde que se celebraron las elecciones autonómicas y Puig es consciente de que no puede pasar ni un día más sin tomar decisiones. De hecho, hoy hay prevista la celebración de una reunión extraordinaria del Consell, con el fin de fijar cómo será la estructura del segundo escalón de la Generalitat (secretarios autonómicos y directores generales). El jefe del Gobierno valenciano pidió al que es el primer Ejecutivo paritario de la Generalitat en la historia “máxima dedicación, intensa proximidad y la máxima inteligencia emocional” para generar una “nueva complicidad” con los ciudadanos.

¿En contra? Las limitaciones presupuestarias. De ahí que el nuevo conseller de Hacienda, Vicent Soler, ya se haya estrenado lanzando un órdago al Ministerio de Hacienda, cara a la reunión del Consejo General de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que el ministro y las comunidades autónomas celebrarán mañana jueves, y en el que avanza que trasladará “un orden de prioridades diferente”, en alusión a que ahora las directrices estaban marcadas por el cumplimiento estricto del límite de techo de gasto.

Eso sí, también ha dejado claro que política de izquierdas no es sinónimo de gasto público sin techo: “No ahorraré esfuerzos para racionalizar y para hacer eficientes los recursos”, declaró, y pidió “no confundir recortes con eficiencia, porque esta sí permitirá recortar gastos. Los servicios públicos han de ser eficientes por encima de todo”. A todo ello se refirió veladamente Puig: “Todos los consellers son conocedores de los límites de la gobernanza en condiciones económicas como las actuales”, si bien dijo que “la ambición de este Consell por cambiar las cosas será infinita”.

El acto de toma de posesión y promesa del cargo de los nuevos consellers tuvo lugar en el Salón de Corts del Palau de la Generalitat, donde después se produjo la tradicional primera foto de familia de todo el equipo, y que tendrá a dos castellonenses en carteras muy destacadas: la socialista de la Vall d’Uixó María José Salvador, que asume Vivienda, Obras Públicas y Ordenación del Territorio; y el nacionalista Vicent Marzà, que coordinará la macroconselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.

La otra idea que planeó sobre las palabras que pronunció Ximo Puig fue la de la transparencia. De ahí que anunciara que va a abrir todas las puertas de la Generalitat para que “ningún valenciano se quede al margen del nuevo futuro de esta tierra”. H