Pese a la recuperación económica, el mercado laboral español sigue siendo famoso por dos aspectos negativos: sus todavía altos niveles de paro y la dualidad entre trabajadores indefinidos y temporales. Estos últimos son quienes más que sufren la flexibilidad externa (pérdida de empleo) y la interna (reducción de sueldo en sus nuevas contrataciones). Pero incluso dentro de este colectivo hay quienes sufren más la dualidad. Son los que tienen los contratos más cortos, los que más salen y entran del empleo. Y no son uno, ni dos ni tres. Cada vez son más. También en Castellón, donde el año pasado se firmaron más de 70.000 contratos con una duración inferior a un mes. Todo un récord.

Los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social muestran una de cal y una de arena. La parte positiva es que durante el 2016 se firmaron en Castellón 221.959 contratos laborales, la mejor cifra desde que empezó la crisis. La parte mala es que uno de cada tres eran minicontratos de apenas un mes de duración. Y otro apunte más: de esos algo más de 71.000 empleos, 5.147 duraron menos de una semana.

Los contratos de muy corta duración van claramente a más y lo llamativo es que ya quintuplican a los indefinidos. Un par de datos basta para entenderlo. El año pasado se firmaron en la provincia 16.453 contratos indefinidos. La cifra de los de muy corta duración fue mucho mayor.

El panorama en Castellón no es muy diferente al del conjunto del país. Durante el 2016 los contratos con una duración inferior a los siete días se situaron en 5,1 millones. Si bien esta generación de empleo precario lleva años en auge, su crecimiento ha sido especialmente significativo durante los últimos cinco años. El informe de UGT destaca que la media de duración de los contratos temporales ha pasado de casi 63 días en el 2011 a 50,6 en 2016. Entre ellos, el de menos de siete días, que en el 2011 acaparaba el 20% de la contratación temporal y en 2016 supone más del 25%.

A TIEMPO PARCIAL // Crecen los empleos que duran muy poco tiempo y también aumenta el trabajo por horas. La EPA del cuarto trimestre del 2016 constata que el 17% de los casi 224.000 ocupados con los que cuenta Castellón (38.700 en números absolutos) tienen un empleo a tiempo parcial. En el 2012, el año de la aprobación de la refoma laboral, ese porcentaje era del 14,1%. O lo que es lo mismo: de los 211.200 ocupados quienes trabajaban por horas eran 29.800.

Es cierto que una parte de quienes trabajan por horas en Castellón lo hacen de forma voluntaria, generalmente para poder compaginar la vida laboral con la familiar y pese a que deben renunciar a parte del sueldo. Hasta ahí todo normal. No obstante, y según denuncian los sindicatos, hay decenas de profesionales que aceptan un empleo a tiempo parcial porque no encuentran otra cosa. «El trabajo a tiempo parcial se ha convertido en una imposición. El 60% de los que están contratados de este modo preferiría trabajar a tiempo completo», sentencia el sindicato.